En los cuatro años que duró el proceso de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos una de las exigencias que más se planteó en la mesa de negociación fue el pedido de liberar a Simón Trinidad de la Florence SuperMax, un centro de máxima seguridad en medio de las montañas de Colorado a donde está condenado a 60 años de cárcel. Se creía que el gobierno de Juan Manuel Santos intercedería ante el saliente presidente Obama para sacarlo de la celda de tres metros cuadrados en la que pasa sus días. Para el defensor de Trinidad en Estados Unidos, el abogado Mark Burton, al Gobierno colombiano le ha faltado voluntad para exigir su liberación.
El único delito del que fue hallado culpable, el de conspiración para tomar rehenes, ocurrió en territorio colombiano lo que le daría potestad a Santos para pedirle a su homólogo norteamericano su liberación. Los únicos que han intercedido con fuerza ha sido la Fundación Brigada Jurídica Eduardo Umaña Luna en cabeza de su presidente Uldarico Florez Peña quien el pasado 25 de mayo le envió una carta a la cancillería colombiana para pedir la liberación del guerrillero por motivos humanitarios después de 12 años de encierro.
En esta entrevista de 21 minutos dada la emisora Naranja Stereo, Burton cuenta que las condiciones de Simón Trinidad han mejorado un poco después de la firma del acuerdo de paz. Al aislamiento absoluto y estar encadenado día y noche entre penumbras, ha pasado a hablar con tres personas a la semana durante cinco horas. Tiene dos horas a la semana de ejercicio y tres llamadas mensuales. Incluso su mamá puede ir a visitarlo. Lo que más lamenta Simón Trinidad es no poder hablar con sus nietos ya que no fueron incluidos en la lista de personas a las que él puede tener acceso. El abogado Burton recalca en esta entrevista que le sigue sorprendiendo el buen estado físico y mental de un hombre que ha pasado sus últimos 12 años en un frío infierno de concreto, silencio y oscuridad.