Esta noche (7 de enero) entonces, todos fuimos a la Plaza. La Plaza de la República. Esa plaza donde siempre se defendieron todos los valores profundamente anclados en nuestra sociedad. Libertad, igualdad, fraternidad. Paz, amor, tolerancia. En todo el país 100.000 personas se concentraron hacia las plazas. En un principio, la gente se quedó silenciosa. Callados durante una hora, para expresar su respeto a la memoria de los caídos, ya calificados de héroes. De repente, alguien comenzó a gritar. El coro se formó, y todos juntos cantamos en una sola voz."Charlie! Charlie! Charlie! Charlie!" Como si fuera un viejo amigo. Es su voz que escuchamos esta noche. Porque esa voz llega mucho más lejos que ningún ruido de armas. Y porque nunca la podrán callar.
Ahora mañana habrá que retomar nuestras vidas. Pero algo habrá cambiado. En todos los medios de comunicación, habrá una conferencia de redacción, con todos los periodistas y dibujantes reunidos. Y muchas de las miradas serán dirigidas hacia la puerta, como si de repente fueran a entrar hombres armados a disparar contra la libertad. Pero habrá que seguir escribiendo, seguir fotografiando, seguir hablando, seguir filmando, seguir dibujando. No hay otra opción. ¿A a caso vamos a dejar de publicar opiniones? ¿A caso vamos a escribir solo artículos que les gustan a todos? ¿Acaso vamos a ceder al miedo y al terror? Esos periodistas que fueron asesinados hoy y nunca dejaron a sus puestos de trabajo a pesar de todas las amenazas que habían recibido. Como el equipaje de un barco en plena tormenta, ellos siempre siguieron sus convicciones, y por eso les seremos eternamente agradecidos. Y por eso nosotros también tenemos que seguir trabajando y seguir denunciando. Porque la libertad, por la cual tanta gente ya murió en nuestra larga historia, vive mas allá de quienes la defienden.
Charb, Cabu, Wolinski, Tignous, y todos los otros que hoy han perdido la vida, gracias por haber sido tan dignos y tan libres.
¡Charlie!
Texto y fotografías para Las2Orillas: Grégory Schepard - París Francia.