No hay mejor equipo en Colombia que el Junior. La inversión que hizo el Tío Fuad fue espectacular. Chará y Teo son dos jugadores que un equipo como River Plate o Palmeiras no tiene. En el torneo cabalgaron y seguro el domingo le ganan al América. En la Semifinales fueron superiores en los dos partidos al Flamengo del profesor Rueda. El fútbol es así, el arte de la injusticia. La pelota no entró y César, el arquero brasilero, fue una muralla. Yo no podía creer cuando empecé a ver, después del minuto 85, cuando Chará votó el penal, la gente empezó a irse en ramilletes del estadio. Fue un éxodo masivo. Y uno veía los rostros y no se reflejaba ninguna pasión. Eran casi de indeferencia. Una verdadera hinchada, como la de Millonarios o América, se queda hasta el final y lloran hasta morir y, después de un super torneo que realizaron –Junior tenía 23 años de no llegar a una semifinal continental- lo mínimo que tenían que hacer era quedarse y despedir al equipo aplaudiendo hasta rabiar. Hasta que sangraran las manos. No, el hincha barranquillero le dio la espalda a su equipo.
Lamentable. Por eso Colombia ya no le gana a nadie en el Metropolitano cuando juega allá. Por eso hizo la mitad de los puntos en ese estadio. Es un público que pareciera no entendiera de la pasión del fútbol. Por eso es que no han ganado nada internacionalmente. Por eso es que tienen el descaro de chiflar a Fuad Char, el hombre que ha convertido al Junior en una potencia del fútbol nacional.
Señores, ustedes con ese equipo, el mejor de Colombia, deberían quedarse hasta el final. Lo que están buscando con actitudes como estas es que les quiten la sede de la selección que debería estar acá en Bogotá o en Medellín donde si sabemos de fútbol. Hoy me quedó claro que la de Barranquilla no es una hinchada seria, comprometida, agradecida. Parece la de Ibagué que nunca respalda. Había que quedarse hasta el final y aplaudir a Chará, arroparlo, dejarlo en el pedestal donde debe estar. Las últimas imágenes fueron penosas. Las tribunas vacías, desiertas. ¿Qué creen junioristas? Tendrán que esperar otras dos décadas para ver a su equipo en una semifinal continental.