La ética en la comunicación y el periodismo es una parte vital de su propósito. Informar, criticar y opinar sobre las noticias es tan bueno como la confianza que el periodista y la publicación tienen con sus consumidores. Si se cuestiona la integridad del periodista o fuente de información es probable que sus consumidores no confíen en él, lo que lo volverá inútil. Las agendas y prácticas cuestionables como fabricar información, mentir sobre algo que el periodista presenció o no presenció, impulsar una agenda basada en el respaldo financiero o político son ejemplos de poca integridad y falta de adherencia a un código de ética.
Si bien los códigos éticos varían de una institución de formación a otra, de un periódico a otro, de una red de televisión a otra, o incluso de un sitio web a otro, existen principios centrales sobre los que se construyen todos los códigos éticos periodísticos.
Como expone Jesús Morales León en Ética del Comunicador Profesional: "La práctica de la comunicación social requiere de criterios éticos bien definidos". Algunos de estos códigos éticos son la honestidad, informar de lo que se presenció, o sin testigos personales, informar de lo que se comprobó a través de entrevistas con fuentes primarias. También la integridad, nunca alterar un hecho o pieza de información o elemento de una historia para hacer que el informe o la historia sea más brillante, más sexy y aparentemente más relevante para sus lectores. Está la responsabilidad que cada periodista asume de mantenerse al margen de su trabajo y estar siempre preparado para defender su trabajo contra los críticos. La precisión es otro aspecto importante, el que nunca distorsione los hechos o contexto para ayudar a promover una historia. Y, por último, pero no menos importante, evitar el plagio: al igual que en el mundo académico, nunca se debe robar el trabajo de otra persona y pasarlo por tuyo. Atribuya siempre o cite adecuadamente cualquier trabajo que no se haya generado de forma personal o colaborativa.
Y estas son solo unas pocas, pero muy valiosas reglas que todo periodista debe cumplir para merecer la confianza de nuestra audiencia.