Durante cinco noches de agosto del 2015, el fotógrafo australiano Warren Richardson se asentó con su cámara en la alambrada que separa a Hungría de Serbia. Era tan rápido el flujo de los 50 mil serbios que, temiendo una nueva guerra con Croacia, esperaban encontrar refugio en el país vecino. En la noche cerrada del 28 de agosto del 2015, Richardson apretó el obturador justo cuando un hombre, en el sector croata llamado Roszke, se agachó a entregar un paquete a alguien que estaba del otro lado de la alambrada.
Al revelar la foto Warren Richarson se dio cuenta que el paquete era un niño. Le ofreció su trabajo a catorce revistas pero a ninguna le pareció conveniente publicarla. Desilusionado se resignó a ponerla en el perfil de su Facebook con el nombre de Hope for a new Life. 60 likes fue el único premio que recibió por su trabajo.
Alentado por los pocos que la habían visto, el freelancer australiano decidió mandarla al World Press, como lo hicieron los 5.775 fotógrafos profesionales que mandaron las 83 mil imágenes que competirían por el galardón.
Warrel fue el primer sorprendido cuando se enteró, el pasado miércoles, que su foto había sido la mejor del mundo en el 2015. Los jurados consideraron que esta imagen intemporal, barrida, casi sucia, recordaba a las que tomó Robert Capa en pleno desembarco de Normandía.
La poética foto de Richardson fue distinguida frente a estas otras 25 imágenes de deslumbrante belleza:
Con información de Elpais.com