Esta es la historia por la que le gritaban asesino al general Torres Escalante en la JEP

Esta es la historia por la que le gritaban asesino al general Torres Escalante en la JEP

Familiares de Daniel Torres Arciniegas y Roque, se le plantaron al oficial quien, aunque se responsabilizó de 146 crímenes, se niega a reconocer el peor de todos

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septiembre 21, 2023
Esta es la historia por la que le gritaban asesino al general Torres Escalante en la JEP

Diez horas duró la audiencia y algunos familiares de las víctimas, ante el relato del mayor general ( R )  William Henry Torres Escalante, comandante de la Brigada XVI, quien aceptó la responsabilidad en 146 crímenes, le gritaban “asesino” o “mentiroso”. El militar permaneció inmutable.

Uno de los subalternos del mayor general Henry Torres Escalante, el teniente Marco Fabián García, testigo ante la JEP, dijo que su superior le había dado 45 millones de pesos para cambiar su testimonio ante la Jurisdicción Especial para la Paz.

Ese momento fue visto por millones de personas en Colombia a través del Canal Institucional, causó estupor y muchos se preguntaron: ¿Quién era William Henry Torres Escalante y qué hizo?

Así fue un doble asesinato entre 146 crímenes por los que la JEP juzga a Torres Escalante

El 11 de agosto de 2006, el campesino Daniel Torres Arciniegas, de 38 años, y su hijo Roque Julio Torres Torres, de 16 años, se presentaron en la Brigada 16 de Casanare. Su intención era denunciar el horror vivido en su vereda Aguazul.

Según el relato de los campesinos en ese momento, su vecino Hugo Araque había sido asesinado por unos uniformados que, según los testigos, pertenecían al Batallón de Infantería Ramón Nonato Pérez y Roque Julio lo vio todo. La versión del Ejército fue distinta. Dijeron que Araque había sido dado de baja en un tiroteo entre los uniformados y la guerrilla del ELN. Roque era un testigo excepcional que vio cómo los soldados ataron a Araque a un árbol para después matarlo a balazos.

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Dos días después de ese asesinato, padre e hijo vieron, escondidos detrás de una piedra, cómo a otro vecino, Fredy Sanabria, un par de uniformados le dispararon cuando salía de su finca tras una fiesta organizada para compartir un plato de comida con otro vecino enfermo.

Estos militares pertenecían a la Fuerza de Tarea Oro Negro de la Brigada 16, comandada por el entonces Teniente Coronel William Henry Torres Escalante, quienes se habían quedado viendo de arriba a abajo a Sanabria.

Los Torres vieron cuando mataron a Sanabria a sangre fría. Le pusieron una pistola al tiempo que lo señalaban de pertenecer al Frente José David Suarez del ELN, que extorsionaba a ganaderos de Aguazul y Mani. Esta vez, la declaración decidieron entregársela a la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (FCSPP).

Asesinatos sin parar

La Fiscalía, días después del hecho, determinó que la pistola de Sanabria nunca había sido disparada. Cuatro años más tarde, en 2010, el Juzgado Administrativo de Yopal señaló al Ministerio de Defensa y al Ejército Nacional por este asesinato que obedeció “al afán de los militares en reportar resultados satisfactorios a sus superiores (…) simulando un combate y segando la vida de un civil”.

Valientes y sin temor a la presión del Ejército en plena política Seguridad Democrática en el segundo gobierno de Álvaro Uribe, mientras era Comandante de las FF. MM. el general Mario Montoya, Daniel y Roque Julio volvieron a denunciar. El 12 de noviembre de 2006, soldados de la Fuerza de Tarea Oro Negro llegaron hasta su finca El Triunfo y los amenazaron primero con llevarlos presos y luego con matarlos si seguían hablando. A los Torres no los calló nadie. Daniel denunció penalmente al Ejército por si algo le pasaba a él o a su hijo.

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Daniel Torres sabía que su vida corría peligro como la de todos en Casanare donde mandaban la guerrilla del ELN y los paramilitares. Por eso fue precavido y decidió relatar la amenaza que lo rondaba: “si me pasa algo al único que le echo la culpa es al Ejército, porque de pronto quieran vengarse porque yo declaré la verdad”.

Pasaron los meses y la calma pareció regresar a El Triunfo, pero todo fue una ilusión. Bernabé Castro, señalado por el Ejército de pertenecer al ELN, llegó a la finca con varias heridas de machete. Los Torres lo acogieron sin saber que les estaban tendiendo una trampa.

Los soldados, comandados por el subteniente Diego Cerón, de la misma Brigada 16 del Casanare, llegaron casi de inmediato y sacaron al supuesto guerrillero en uno de los caballos de la finca. La coartada estaba cantada. Una vez llegó a la Base, el 4 de marzo de 2007, Castro señaló a Daniel Torres de ser el Jefe de Milicias de la cuadrilla José David Suárez y mano derecha del Jefe alias Almeida.

El 16 de marzo de 2007, siete meses después de describir las amenazas, el Ejército reportó la muerte de dos supuestos integrantes del ELN y se trataba de Daniel y Roque Torres. La operación fue ejecutada por el grupo especial Delta 6 al mando del Subteniente Marco García Céspedes, también perteneciente a la Brigada 16. 

Seis años después, en mayo de 2012, el Subteniente confesó el crimen ante la Fiscalía: "el 15 de marzo de 2007 fui llamado al COT, eso es de comunicaciones (sic), en donde se iba a planear una operación dirigida hacia la vivienda del señor Daniel Torres (…) De acuerdo a lo que planeó, por orden directa del comandante de la Brigada, en ese entonces coronel Torres Escalante, se trataba de ir y dar de baja estas dos personas”. Según la extensa declaración juramentada de García, el Jefe y autor intelectual de la operación le habría dado una calurosa felicitación (sic) al Subteniente y sus hombres por la ejecución de los Torres.

A pesar de las pruebas, la investigación de la Fiscalía contra el mayor general William Henry Torres Escalante fue lenta. La primera vez que rindió un interrogatorio fue ocho años después, en diciembre de 2015. Pocos creían que sería juzgado un hombre que a lo largo de su carrera militar recibió 13 condecoraciones, estudió en Brasil y Estados Unidos, además estuvo al frente del Comando Conjunto No 2 del Sur Occidente donde permaneció hasta enero de 2016.

Se retiró voluntariamente y obtuvo una condecoración por parte del Alcalde de Cali, Maurice Armitage, pero la tranquilidad se le acabó definitivamente en marzo de ese mismo año. Estaba a cargo de la Oficina de Memoria Histórica de las Fuerzas Militares cuando le llegó la medida de aseguramiento firmada por el entonces fiscal Eduardo Montealegre. El mayor general López Escalante se entregó ante las autoridades.

La defensa de Henry Torres Escalante

El abogado Jaime Granados defendió al mayor general y el juicio ante la JEP se fue dilatando hasta que en 2016, esa Jurisdicción le dijo que podría exponerse a una condena a 20 años de cárcel por los hechos de Casanare en donde se afirmaba que dentro de la misma Brigada 16 fomentaban las competencias para ver quién llevaba más cabezas. Poco a poco, en la región se fue viendo que los campesinos antes mencionados no eran las únicas víctimas, sino que estas podrían subir a 300.

El pasado martes 19 de septiembre, el mayor general Henry Torres Escalante reconoció su participación en 146 crímenes. Por eso, su frase retumbó ayer en Casanare como si una placa de hierro se cayera: “Me convertí en Jefe de una organización criminal”. El público, conformado por muchos familiares de sus víctimas, no le creyó y algunos lo increparon: “Deje de burlase de nuestro dolor”, le dijeron.

Las audiencias seguirán el próximo año. Las víctimas no aguantan más como Yohana Torres, hija del campesino Roque Julio Torres y hermana de Daniel. El general no quiere reconocer la muerte de ellos. Ante esto, la joven dijo: “Me siento realmente ofendida de que usted se pare ahí a decir que no dio la orden de asesinar a mi padre y a mi hermano, cuando usted le dijo al señor Fabián —García— textualmente, probablemente ellos no estén armados, lleve las armas que utilizamos para estos casos”.

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