Una vez la juez Katherine Cabaniss confirmó el pasado 26 de septiembre, la condena de diez años por haber envenenado a su ex pareja y colega del hospital MD Anderson de Houston George Blumenschein, la oncóloga colombiana Ana María González abandonó el alto tribunal de Houston acompañada por dos guardianes. Aunque la sentencia fue apelada por su abogado Derek Hollingsworth, la decisión de la justicia norteamericana fue trasladarla a la cárcel de mujeres Harris County Jail de Houston en Texas.
La sorpresa para la médica González fue encontrar que la guardiana encargada de su custodia era una paciente suya a quien trató de cáncer de mama en el Anderson cancer institute de Houston. El agradecimiento por el manejo médico de la colombiana a quien le debe su supervivencia se expresó de entrada con un regalo: un televisor y la autorización para ser instalado en su celda. Ana Maria González vestirá un traje naranja como todas las reclusas del presidio.
Las condiciones de la cárcel son drásticas. Las visitas no pueden exceder los 20 minutos y hay toda una serie de normas que regulan hasta la vestimenta del visitante. No se permiten mangas por encima de la mitad superior del brazo, ni vestidos, faldas o shorts por encima de la mitad del muslo, así como tampoco se permite tener consigo objeto distinto a la llave del locker en dónde el visitante guarda todas sus pertenencias. Al recluso no se le puede entregar ningún tipo de carta, mensaje, foto o inclusive comida y bebida, pese a que estos tienen un servicio especial para recibir y enviar correspondencia. Tampoco pueden recibir llamadas telefónicas, sin embargo, pueden realizar llamadas por cobrar. No obstante, tiene servicios de alimentación, de atención médica y psiquiátrica al igual que actividades de recreación o religiosas.
Mientras tanto, el movimiento en redes sociales que surgió en Popayán a raíz del proceso contra la reconocida oncóloga sigue activo. Se llama #YoCreoEnAnaMaría en donde con videos, cartas y mensajes de apoyo, las personas muestran su solidaridad con González exigiendo justicia, diciendo creer en su inocencia. Hoy el grupo cuenta con más de tres mil seguidores.