Ya sin la envestidura de embajador, Armando Benedetti viajó a Cartagena, donde vive Adelina Guerrero Cobo, mamá de sus dos hijos menores y con quien compartió el arranque de la embajada en Caracas, para celebrar su cumpleaños.
Benedetti publicó también un trino con un encuentro con Juan del Mar, el propietario de uno de los populares restaurantes de Cartagena en la Plaza de Santo Domingo, dando señales de querer regresar a la normalidad de un ciudadano alejado del poder.
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En diciembre pasado se hizo pública la ruptura del matrimonio con Adelina Guerrero, al tiempo de haberse empezado a hablar de una nueva relación en Montería, donde pasó fiestas de navidad. Benedetti se la pasaba entre Caracas y Bogotá, con acceso directo a la Casa de Nariño, sin someterse a las reglas que tiene la cancillería para los diplomáticos, razón por la cual le camina una investigación disciplinaria.
La naciente relación con la senadora parecería no haber pelechado y Benedetti, en medio del escándalo presidencial con Laura Sarabia, realizó varios viajes a visitar a sus hijos de matrimonios anteriores, todos residentes en el exterior.
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El despecho de la última esposa de Armando Benedetti fue publicitado por ella misma en su cuenta de Twitter, compartiendo su viaje a Paris con sus pequeños y con su cuñada Ángela Benedetti, fotografía acompañadas de mensajes que daban testimonio de su situación personal, que no disimuló.
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No se sabe aún cual rumbo tomará el ya ex embajador sin el halo del poder presidencial y en la lupa de la justicia pero todas las señales que ha dado es de querer ponerle distancia al trago y a la disipación personal y recuperar su tranquilidad haciendo deporte y al lado de sus perros dóberman, aunque no es fácil imaginarse a un Armando Benedetti apartado de la política y más en medio de la caliente campaña de octubre en el que está en juego el poder local del que éste siempre ha participado.