En el corazón de los territorios olvidados, donde los mapas son apenas cálculos mal hechos y las vías un lujo que no existe, varias mulas cargadas de maletas especiales se abren paso entre trochas. A su lado, funcionarios de la Registraduría Nacional montados a caballo avanzan con pasos firmes y rostros curtidos por el sol, las ventiscas, a veces la lluvia y la urgencia de llevar identificación a los que, hasta ahora, han vivido sin ella. Es una de las tantas jornadas de la Ruta de la Identificación, un ambicioso plan de la Registraduría Nacional del Estado Civil que busca reconocer y entregarles identificación a los colombianos más apartados, aunque el camino implique horas de cabalgatas incómodas, largos trayectos en lancha y agotadoras caminatas montaña arriba.
Por orden del registrador nacional, Hernán Penagos, los equipos departamentales de la Registraduría se han convertido en equipos móviles. El objetivo es llegar a las comunidades vulnerables, en todos los rincones del país. Estos llevan sin detenerse ya casi un año y al hombro llevan consigo la Estación Integrada de Servicios (EIS), una herramienta que mejora la eficiencia en el proceso de documentación. «La idea es garantizar que todos los ciudadanos estén identificados», comenta Julio Alexánder Torres, funcionario de la Registraduría, mientras sube las maletas a la mula para la próxima jornada. En su voz hay orgullo, pero también cansancio: el reto es monumental.
La Ruta de la Identificación es un espejo de la Colombia que avanza hacia la inclusión. Cada lancha que cruza un río, cada mula que escala una montaña, cada funcionario que camina bajo el peso del equipo es una muestra de que la identificación no es un privilegio, sino un derecho. En estas jornadas, el Estado se acerca a los rincones más olvidados y con cada documento entregado se recuerda que todos cuentan, incluso aquellos que durante tanto tiempo parecieron invisibles.
El impacto de estas jornadas trasciende la entrega de documentos. En comunidades vulnerables, tener una cédula o una tarjeta de identidad es acceder a derechos básicos como la salud, la educación y los programas sociales y no tenerla es el recordatorio de que las barreras que aún existen.