El presidente Nicolás Maduro la confirmó por televisión: Estados Unidos ha autorizado que la española Repsol, la italiana Eni y la estadounidense Chevron para que comiencen a explotar y enviar petróleo venezolano a sus países. El volumen es pequeño, no hará tambalear los mercados, pero es un gesto que podría darle un impulso simbólico al mandatario venezolano.
El mes pasado el gobierno de Joe Biden autorizó a Chevron, la megapetrolera estadounidense que no se fue de Venezuela en la ola de nacionalizaciones de Hugo Chávez, a hablar con el gobierno de Maduro sobre sus futuras operaciones en el país. Y fue entonces, cuando el Departamento de Estado envió secretamente cartas a Eni y Repsol diciendo que Washington “no se opondría”, si reanudaban acuerdo de petróleo por deuda y lo llevaban a Europa, aseguró una de las fuentes de Reuters. Tampoco serían objeto de sanciones.
Una condición clave a la española y la italiana es que el petróleo tiene que ir a Europa y no puede revenderse en otro lugar. Entre ora cosas, porque uno de los propósitos de Biden es mitigar en algo el hueco que hace el embargo del petróleo ruso en Europa y otra, que le parece importante redireccionar los envíos a China.
Tanto la empresa petrolera española como la italiana llevan cincuentas años en Venezuela
Tanto la empresa petrolera española como la italiana llevan cincuentas años en Venezuela Tanto a Repsol como a Eni les parecería interesante cambiar petróleo por las deudas atrasadas y los dividendos impagados, pero por ahora lo que se ha dicho es que se compensarán las nuevas inversiones y los trabajos realizados en Venezuela para la producción de crudo y gas.
Además de Chevron, Repsol es una de las pocas empresas que mantienen con proyectos en el país, porque es de recordar que de Venezuela se fueron muchos 'gigantes' como la china CNPC, la británica BP, la francesa Total, la española Iberdrola o la noruega Equinor. En sus dos últimos ejercicios Repsol registró 457 millones de dólares en la cuenta de pérdidas y ganancias consolidada y, además, define al país en sus informes como un "entorno complejo". Pero nadie contaba con la guerra de Ucrania, y los nuevos acontecimientos le están sirviendo en bandeja de plata la oportunidad de darle un giro a los números rojos. Algo que podrá compensarle a su presidente, Antonio Bufrau, la decisión de quedarse, porque muchas veces se ha dicho que la española está a punto de levantar campamentos y regresar.
Al cierre del 2021, Repsol tenía un patrimonio en Venezuela calculado en más de 300 millones de dólares, que incluye financiación en dólares de los negocios conjuntos Cardon IV y Petroquiriquire por 166 millones y 340 millones de dólares, respectivamente, y créditos comerciales a cobrar a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) por 384 millones de dólares.
Desde hace 50 años Repsol está en Venezuela, actualmente cuenta con tres millones de barriles de petróleo y con diferentes proyectos por el norte del país. Tiene una participación del 40 % de acciones en la empresa mixta Petroquiriquire, en sociedad con la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP), que opera en los campos de Quiriquire, del estado Monagas, y Mene Grande y Barúa Motatán, en los estados Zulia y Trujillo, respectivamente, dice su página web. Con Petrocarabobo tiene un área de 382,86 km2 donde trabaja en reservas de crudo pesado de las áreas Carabobo Norte 1 y Carabobo 1 Centro, del Proyecto Carabobo.
Josu Jon Imaz, CEO de Repsol desde el 30 abril 2014, Claudio Calvazi, CEO de Eni desde mayo 2014
Josu Jon Imaz, CEO de Repsol desde el 30 abril 2014, Claudio Calvazi, CEO de Eni desde mayo 2014Eni, creada el gobierno italiano en 1953 como una empresa pública de la que fue vendiendo participación y hoy cuenta con un 30 % está operando en Venezuela desde 1998, aunque los acuerdos de negociación empezaron en 1963. La italiana está presente alrededor de 69 países con casi 33.000 empleados, y desde el 13 de mayo de 2020 la presidenta es la romana Lucia Calvosa.
Las operaciones de exploración, producción y desarrollo ahora se concentran en las costas del Golfo de Venezuela, el Golfo de Paria y la Franja Petrolífera del Orinoco. Tiene una participación de 50 % en el campo de gas Perla situado en el Golfo de Venezuela, considerado uno de los grandes descubrimientos de Repsol y uno de los mayores campos de gas de Latinoamérica. Actualmente, se espera que la producción alcance los 1.200 millones de pies cúbicos de gas al día. Tiene además una participación de 40 % en el campo petrolero Junín 5 de la Faja del Orinoco, 26 % en el Corocoro del Golfo Paria, y 40 % en el bloque Golfo de Paria Oeste y Punta Pescador, en la costa este del país para exploración de gas natural.
Como las transacciones no producen pago en metálico, lo más probable es que Pdvsa no se beneficie de ellas, muy contrario a lo que sucede con las ventas que hace a China. Las que si han encontrado una luz después de años de apostarle con paciencia a una Venezuela llena de dificultades, son las dos petroleras europeas que soportaron la máxima presión de Donald Trump tratando de tumbar a Maduro. Sin éxito.
Joe Biden está dando muestras de un cambio en la estrategia, ha enviado emisarios a Caracas, le ha abierto puertas a Chevron, ha recibido los mandobles de los republicanos de Florida y algunos copartidarios demócratas, se ha mantenido en su idea de reanudación de negociaciones en México. “Son pasos leves, pequeños, dijo Maduro en la televisión. Con una cierta sonrisa.
