Luz verde para la legalización de la eutanasia en España. Una regulación de un derecho que diferentes colectivos y grupos sociales llevaban exigiendo hace varios años. La ley de eutanasia, que comenzará a regularse dentro de tres meses, permitirá satisfacer las demandas de “muerte digna” y fin del sufrimiento para personas con enfermedades crónicas, incurables o de gran gravedad.
El texto aprobado en el Parlamento español recoge que a ella podrá acogerse cualquier mayor de edad que sufra "una enfermedad grave e incurable" o un "padecimiento grave, crónico e imposibilitante" que afecte a la autonomía y que genere un "sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable".
La ley ha gozado de un amplio apoyo en el Congreso de los Diputados al tener 202 votos a favor, dos abstenciones y 141 votos en contra. Esta fue promovida por el Partido Socialista Obrero Español, actualmente en el Gobierno, y contó con el respaldo de la gran mayoría de fuerzas progresistas, nacionalistas y centristas. Sin embargo, el conservador Partido Popular y el ultraderechista Vox se opusieron a la resolución.
Hoy somos un país más humano, más justo y más libre. La ley de eutanasia, ampliamente demandada por la sociedad, se convierte por fin en una realidad. Gracias a todas las personas que han peleado incansablemente para que el derecho a morir dignamente fuera reconocido en España. pic.twitter.com/Ge4CZWuvIe
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) March 18, 2021
Vox afirmó que llevaría la ley ante el Tribunal Constitucional porque se “está legalizando el asesinato” y el Partido Popular defendió una postura similar. Ambos promulgaban la creación de una Ley de Cuidados Paliativos. Una propuesta que, sin embargo, no ha tomado forma hasta el momento. En ambas formaciones políticas tiene un gran peso la línea de la Iglesia católica en este tipo de decisiones. La formación ultraderechista advirtió que si alguna vez llega al poder, tumbará la ley.
Con esta aprobación, España se convierte en uno de los países del mundo más garantistas en este aspecto. Hasta la fecha, solamente tienen regulada la eutanasia de forma general Luxemburgo, Países Bajos, Canadá y Bélgica. Además, se espera que en noviembre Nueva Zelanda empiece a regularla. En Colombia la práctica es legal según una sentencia del Tribunal Constitucional, sin embargo, no está reglamentada.
Una ley garantista que ofrece un alivio a pacientes a y sus familias
La ley española será una de las más garantistas del mundo al establecer una serie de procesos que pueden demorar, desde que el enfermo solicite el suicidio asistido hasta que se aplique, algo más de un mes. El solicitante tendrá que confirmar dos veces vía escrito en menos de 15 días que quiere someterse al proceso y que no está sufriendo “una presión externa”.
Después de esto, una comisión de garantía y evaluación estudiará su caso, su diagnóstico, tiempo en el que lleva enfermo o si ha recurrido o no a los cuidados paliativos. Este tribunal estará formado por médicos, enfermeros y juristas. El enfermo puede retirarse en cualquier momento del proceso si así lo desea. Esta comisión responderá al paciente en menos de 19 días.
A pesar de la polémica que han querido generar algunos sectores conservadores del país, el Centro de Investigaciones Sociológicas de España aseguró que el 87% de los españoles están a favor de que se tenga la posibilidad de recurrir a la eutanasia si el enfermo lo desea. Una tasa de aprobación mucho mayor que la de otras leyes, como la del aborto libre.
La noticia ha generado un gran alivio entre los familiares de personas con enfermedades crónicas que, aunque lo desearon, nunca pudieron recurrir a una ley de eutanasia. Muchos de estos familiares incluso se vieron obligados a ayudar a sus seres queridos a suicidarse y fueron imputados por ello.
Entre esas personas estaba Ángel Hernández, un madrileño que ayudó en 2019 a su esposa a morir suministrándole una sustancia que terminó con su vida. Su pareja, María José Carrasco, llevaba sufriendo 30 años esclerosis múltiple, una enfermedad incurable que la fue deteriorando progresivamente hasta que dejó de caminar, comer y hablar. Su dependencia era total y ella expresó en reiteradas ocasiones que no quería vivir y que quería fallecer “de una forma digna”.
Tras años de lucha por la regularización de la eutanasia, ella le pidió a su marido que le ayudara a morir debido a su sufrimiento y este lo hizo grabando los momentos previos y posteriores a su muerte para presentar que fue por voluntad de su esposa. Las imágenes recorrieron toda España y conmocionaron al país, impulsando esta ley. A pesar de ello, Ángel Hernández enfrentó cargos de hasta seis meses en prisión.
Como este caso hay decenas en España. Personas que no quieren vivir una vez desaparezcan todos sus recuerdos por culpa del Alzheimer y que su enfermedad se convierta en un sufrimiento contante para sus familiares. O ciudadanos como Ramón Sampedro, un gallego que sufrió tetraplejia por décadas y que decidió suicidarse en 1998 bebiendo un veneno que colocó cerca una persona allegada.
Entre los mayores defensores de esta ley que aún siguen con vida está Rafael Botella, un hombre de 35 años que a los 19 se quedó tetrapléjico en un accidente automovilístico en el que su novia falleció.
En los países en los que es legal este procedimiento, entre el 1% y el 4% de los fallecimientos anuales del país se dan por esta causa. Esto supone que, atendiendo a la media, entre 4.000 y 17.000 españoles optarán al año por esta vía una vez se implemente.
La ley de eutanasia da respuesta así a una demanda que miles de españoles llevaban haciendo desde hacia décadas y ofrece unas garantías a las personas que sufran enfermedades incurables. Esta ley no será obligatoria, tan solo una opción diferente a la de los cuidados paliativos para aquellos que quieran tener una muerte digna.