La cercanía de Luz María Múnera con el Gobierno como líder del Polo Democrático en Antioquia es grande. Una férrea luchadora desde la izquierda, fue gerente de la campaña del magistrado Carlos Gaviria (qepd) y como concejal fue una de las grandes opositoras al alcalde Federico Gutiérrez. Llegó a la Cámara en la lista cerrada del Pacto Histórico en su departamento, pero su paso por el Congreso fue efímero porque la curul quedó en manos del Uribista Jhon Jairo Berrio gracias a una demanda que le prosperó al Centro Democrático por el conteo final de votos.
Pero el Gobierno no la dejó caída y le tiró un buen salvavidas una vez empezó a andar el Ministerio de la igualdad encabezado por la vicepresidenta Francia Márquez, quien participó en la contienda electoral precisamente con el aval del Polo Democrático, acercamiento que logró a través de su entonces presidente Alexander López, actual director de Planeación.
Múnera fue nombrada Viceministra para las Poblaciones y Territorios Excluidos y la Superación de la Pobreza en el Ministerio de la Igualdad de Francia Márquez, al que llegó solo un mes después de su inesperada salida de la Cámara de Representantes.
Duró escasos meses al lado de la vicepresidenta con quien tuvo diferencias y renunció. Pero pronto su nombre empezó a sonar para otros cargos de representación nacional. Fue la primera opción para reemplazar a la también antioqueña Patricia Tobón en la Unidad para las Víctimas, pero no cumplía con los requisitos del cargo y por tanto fue descartada.
Igual que ha ocurrido con la segunda opción para ocupar el cargo, Lilia Solano, la actual viceministra del Interior. Sigue vacante el puesto en la dirección de la Unidad para las Víctimas de donde salió Patricia Tobón en tensión con el Gobierno y especialmente con la directora del Dapre, Laura Sarabia.
Múnera estará ahora cerca del Presidente en la Consejería para las Regiones, donde trabajará en llave con su copartidario Alexander López. Llega al cargo en un momento caliente no por las funciones que conlleva sino por la persona que ocupaba antes el despacho, la exsenadora Sandra Ortiz, quien renunció después de haber sido identificada por Sneyder Pinilla como el puente con el presidente del Senado, Iván Name, para la entrega de $ 3.000 millones como coima para favorecer las reformas del Gobierno.
Vea también: La pelea en la Unidad para las Víctimas por la que Petro sacó a la Directora
