En Cúcuta, la ciudad sin Dios ni ley, la gente no tiene el más mínimo respeto por el ecosistema. Allí, todo lo que suene a Ecología les parece subversivo. Acá, en este video, se ve a este sujeto, en una Terios roja venezolana de placas SAV 59V, echando basura en un bosquecito cercano a la urbanización Prados del Este. Seguro, si la policía lo llega a ver, se harán los de la vista gorda. Eso no importa, lo que importa es agarrar a los muchachos que se agazapan en las esquinas, fumando bareta. Para esos sucios drogadictos sí que entre el clan Uzuga a ajusticiarlos.
Con las Águilas Negras paseándose por la ciudad, la frontera cerrada, el desempleo galopando, el turismo muerto, las calles llenas de basura y la gente descerebrada, Cúcuta es una ciudad post apocalíptica. Y si, de otra manera el inepto César Rojas no sería el cuarto alcalde con mayor popularidad del país.
Lo siento, pero he visto como la gente arroja la lata vacía de la cerveza a la calle, votando las servilletas de los pasteles de garbanzo en el suelo, alterando el contador para que el recibo de la luz no le salga alto. Es el reino de la corrupción y lo único que pueden hacer los ciudadanos es indignarse pero ni eso hace: están muy ocupados escuchando la prédica del pastor Satirio Do Santos.
Este es el video: