Hace un par de meses nuestro presidente (el príncipe de Anapoima) aseguraba que era el último día de la guerra, que con la firma de un papel entre el grupo terrorista de las Farc y el gobierno nacional se acabaría el conflicto en Colombia. Una mentira más, como las que acostumbra a decir nuestro mandatario.
Las Farc hace tan solo unas semanas hacían un show en un par de regiones del país, donde mostraban un par de armas que recibía la ONU y se guardaban en unos gigantes containers, lo curioso es que más allá de la recepción de unas cuantas armas en video y unas fotos, no se tiene alguna prueba más que esta supuesta entrega haya sido real.
Ahora genera gran resistencia en la sociedad colombiana y ante la opinión pública que se entregaron poco más de 7.000 armas, cuando hace unos meses Santos decía que el número de armas en poder del terrorismo ascendía a 14.000. Esto fue también asegurado por nuestro regordete ministro de Defensa Luis Carlos Villegas y para colmo de males, esta semana se supo que ya había más de 9.000 terroristas inscritos en las EPS… entonces ¿dónde están las armas faltantes?
No olvidemos al grupo terrorista del ELN, organización que a la par del narcoproceso de paz ha venido tomando una fuerza singular, controlando territorios que eran de dominio exclusivo de las Farc. Genera cierta curiosidad este hecho, que algunos han llamado un “cambio de brazalete”, pero lo relevante y que no se puede omitir es que sigue existiendo insurgencia y peor aún, aterroriza al pueblo… entonces ¿cuál paz?
Así mismo y casi a diario escuchamos de nuevos grupos terroristas que se vienen creando a la par de esa “reincorporación” a la vida civil por parte de los miembros de las Farc, o incluso algunas llamadas disidencias, que siguen delinquiendo, teniendo el poder territorial y el lucrativo negocio del narcotráfico.
Lo advertía el exprocurador Alejandro Ordóñez meses antes del plebiscito: que no se iban a acabar las milicias urbanas y que algunos frentes terroristas no se desmovilizarían.
Señor presidente, acá es donde yo me pregunto, ¿de verdad fue el último día de guerra? Si es así, ¿por qué se siguen asesinando colombianos a diario?, ¿por qué las Farc, sus disidencias y los que cambiaron de brazalete con el ELN siguen secuestrando y asesinando a diestra y siniestra?, ¿por qué los cultivos de coca se dispararon por las nubes?, ¿por qué estos terroristas, argumentados en falacias ideológicas, siguen delinquiendo sin ningún control?
Presidente: ¿a eso usted llama paz? Santos: yo diría que ese tal fin de la guerra ¡No existe!