La delgada línea que une la impotencia y la humillación se resume en esta tenebrosa frase…
Hace unos meses antes de empezar esta locura llamada cuarentena, un buen amigo motero que venia de Villavicencio hacia Bogota, rodando por la vía al llano, tuvo ante un agente de la policía de carreteras la mas humillante experiencia. La cual resumiré para fines lúdicos y agregar a la larga lista de injusticias que ocurre a diario cuando la prepotencia, soberbia y arrogancia de un policía son el motivo de muchas acciones en vía irracionales y absurdas.
Conozco de muchos años a mi amigo y algo que resalto de él es su prudencia y sensatez para conducir y mas en vías como la Via al Llano que esta "plagada" de cámaras y policías. Por eso, cuando me llamó un martes, diciéndome que lo habían inmovilizado me sonó a broma. Pero si, estaba en camino al municipio de Chipaque porque su vehículo estaba en los patios desde el día sábado.
Le recriminé que sabiendo cómo es esa vía, dio "papaya" y él exclamó que era el comparendo más injusto que le habían hecho en su vida.
La situación:
Él sabia que al pasar por ese municipio (Chipaque) siempre se encuentra un “puesto de control” y por ende ese tramo debe ir muy juicioso sobre su carril. Delante de él iba una tractomula lo que facilitaba su comportamiento vial. Pero en ese instante, otra tractomula inicio un adelantamiento en zona prohibía “DOBLE LINEA”, con tal suerte que antes de lograr pasar la otra tractomula venia un camión bajando, lo que obligo al mulero que venia adelante de mi amigo a frenar de forma brusca y para darle paso al irresponsable que hizo la maniobra peligrosa. El conductor irresponsable decidió dejar retroceder su vehículo sin percatarse que atrás estaba mi amigo (punto ciego).
Para los no conocedores de motos, nuestros tiestos no tienen reversa, y al ver que ese animalote de mas de 40 toneladas que se le venia encima, el tomo la sabia decidió de ahorillarse a su derecha y quitarse del camino quedando expuesto a usar la BERMA para poder salvaguardar su vida.
Enfrente de él, estaba el susodicho policía quien vio toda la situación. Por alguna extraña razón, el policía solo detuvo a mi amigo para pedirle los papeles, mientras las dos tractomulas continuaban su viaje. Obvio que mi amigo le resaltó la imprudencia de uno de los conductores de estos vehículos pesados y que su vida estuvo en riesgo, pero a los ojos de tanta experiencia vial, el policía de carreteras solo vio un motociclista adelantado por la derecha.
No valieron los ruegos, que revisaran las cámaras en ese sitio, la predisposición a colaborar e inclusive a aceptar resignadamente la infracción, el otrora regidor de la verdad embestida en verde olivo, considero que debía aplicar todo el peso de la ley ante dicha situación.
Y al preguntarle por que tan cruel trato él solo atinó a decir: "Ese, no es mi problema"