Ayer jueves 11 de marzo a las ocho de la noche las puertas del Teatro Nacional la Castellana se volvían a abrir después de un año. Si existe un sector que ha sido golpeado por la crisis generada por la estrategia para frenar la pandemia son los actores. Patrick Delmas tomaba tinto y lo hacía tan rápido que por un momento creí que el café pasaba a través del tapabocas, a Marcela Gallego se le veía media cara pero igual se sabía que era ella. Ernesto Benjumea llegó un poco tarde pero le alcanzó para saludar a un par de fans. La sala estaba habilitada sólo en un 21% pero nada importaba, ni siquiera tener que mantener el barbijo en los 45 minutos que duraba la función. Había vuelto el teatro, nada más importaba.
La obra era los 80, la primera serie convertida en teatro. Serían 12 episodios. Un homenaje a la música de Olimpo Cárdenas pero un homenaje bastante original a una época que se está convirtiendo en el tema que aborda la moda, la literatura, el cine y las series de la televisión. Cuarenta años después Los 80 es una excusa para regresar a la nostalgia, sólo que acá es abordada a través de una familia campesina, otrora próspera, que cae, por culpa de las malas decisiones del padre, en la ruina. Esa preocupación tan colombiana de "lo voy a perder todo por esas ganas de hacer un negocio que me vuelva rico" se deja entrever en este primer capítulo, sostenido en los hombros de Diana Ángel, nuestra ya veterana Gabriela Chávez de Francisco el matemático.
Lo que impresiona de Ángel en la obra no es sólo la voz, una de las más diáfanas y potentes de la actuación nacional, sino sus movimientos. A la distancia Ángel pareciera una señora disminuida física, tiene la discreción y la determinación de una campesina. ¿Qué estaba haciendo Diana Ángel en los duros días de la pandemia? ¿Preparó a consciencia este personaje? Lo que vimos en la actuación de anoche es el trabajo de una profesional que se toma su tiempo para crear vida. Es una pena que desde el 2015, cuando participó en la poca afortunada Metástasis, la versión criolla de Breaking Bad, Diana Ángel no aparezca en la televisión. ¿Será que por tener 45 años les resulte una anciana a los tontos directores de casting de los canales nacionales?
Fueron sólo 45 minutos que se pasaron como un suspiro. El teatro ha regresado a pesar del coronavirus y del miedo que produce desde ya la inminencia de un tercer pico pero salimos llenos de arte y con ganas de más. El formato hibrido que propone la Castellana, mitad presencial y mitad virtual, permite que los que se perdieron este estreno de la serie los 80 la puedan ver a través de TN Digital, el canal del Teatro Nacional.
Pero hay que estar ahí para entender la grandeza de actores como Diana Ángel. Por eso hay que lograr vencer el miedo y zambullirse de nuevo en esa experiencia magnífica que es ver a tres portentos como Diana Ángel, Laura Mar y Edward Gómez, dirigidos por un magnífico Milton Lopezarrubla quien, después de la función, se subió a la tarima y dio un discurso que nos divirtió y nos dio más o menos una idea de lo que han sufrido los actores en estos meses sin trabajo.
Quiero volver, necesito volver al teatro.