“En los libretos las heroínas a menudo mueren porque en la sociedad que viene siendo puesta en escena, el único lugar para una mujer que quiere ser plenamente ella misma, es la tumba(...)”. Este es un fragmento del texto publicado por el teatro La Scala de Milán en la gala de comienzo de la temporada de ópera 2020-2021.
Para llegar hasta el corazón mismo de esta historia o mejor dicho hasta la novela Manon Lescaut he tomado una frase de Georges Bataille: “Podemos decir del erotismo que es la aprobación de la vida hasta en la muerte” (1).
El sentimiento que ha despertado esta obra del Abate Prévost se ha reflejado en dos compositores Jules Massenet y Giacomo Puccini, en los que encontramos sendas óperas basadas en la novela.
Estudiando estas creaciones se me ocurrió pensar que el tango no ha sido ajeno a la literatura, en este caso la novela Manon Lescaut (1753) que es la que nos convoca, motivó a Roberto Chanel y Claudio Frollo para escribir la letra del tango Escúchame Manon (Indiferencia), y no sería justo olvidar que el maestro José González Castillo la trajo a su tango Griseta.
Tanto la ópera como el teatro y el tango han recreado la vida de las cortesanas y algunas veces en la poética tanguera se encuentra en sus letras un manto de compasión y el recuerdo grato de un amor que ya no puede ser.
Estoy pensando que es hora de traer un resumen de la novela Manon Lescaut, puesto que aquí se cuenta un tipo de amor con los mayores infortunios, ya que Des Grieux era un caballero noble con solo 17 años y como se enamora de Manon que se convierte en una cortesana el padre lo deshereda.
El hecho es que ellos se conocieron en un hostal, el caballero De Grieux al regresar a su ciudad natal en vísperas de vacaciones y Manon Lescaut que estaba allí de paso porque se dirigía al convento, enviada por sus padres.
Ella le dice al caballero que se ha enamorado de él a primera vista invitándolo a huir para gozar del amor, y así fue, al cabo de unas semanas necesitan dinero y Manon afirma que puede conseguirlo, sin embargo, con el paso de los días este enamorado se da cuenta de que ella tiene un amante adinerado, y bueno, la novela continúa con hechos como el regreso de De Grieux a su casa paterna donde el padre lo secuestra.
Después entra a un seminario del cual huye para reunirse con Manon nuevamente, es por esto que su padre insiste en alejarlo y para conseguirlo logra que la amante de su hijo sea desterrada a América al lugar donde llevan las prostitutas, lo que conduce a Des Grieux a embarcarse como voluntario en el barco que transporta estas tristes mujeres. Llegan hasta Nueva Orleans en Luisiana y los dos huyen al desierto donde muere Manon de agotamiento.
Ahora, un poco ilustrados sobre el tema voy a dejar rodar la letra del tango invitado con música de Francisco Pracánico.
Cuando sepas que mi amor está lleno de verdad
tu temor, tu indiferencia, pasarán.
El cariño que por ti en mi pecho se anidó,
¿no te apenas que se muera de dolor?
Ronda mis noches tu ondulada melenita
y me acaricia la dulzura de tu voz.
Mientras la luz que se refleja en tus pupilas
me dice, es tuyo mi corazón.
Escúchame, Manón, y déjate querer,
aleja tu tenaz preocupación, tu padecer.
Es nuestro el porvenir, lo veo en tu mirar,
mis esperanzas de amar las veo en ti (...)
Es mi motivación terminar el artículo comentando que al lado de la novela Manon Lescaut están las óperas mencionadas y el tango Escúchame Manón (Indiferencia). El último aparece como tema pertinente de esta columna con el personaje relevante que es su protagonista, una joven, a quien quiero honrar con otro aparte del texto del Teatro de La Scala de Milán.
“Para que aquella mujer pueda vivir en el mundo, es necesario imaginar uno distinto, y por eso mismo el escenario se convierte en un laboratorio de posibilidades. Hay un hilo dorado que atraviesa los libretos de la ópera: es la eterna búsqueda de la justicia de quienes no tienen voz.
El teatro de ópera es el lugar en el cual el silencio de los desheredados se transforma en un agudo potente que ha vibrado por los siglos sin interrupción hasta romper las certezas cristalinas de los señores de todas las épocas.
Esto hace el arte: destroza el viejo mundo y nos constriñe a imaginarnos uno donde las oportunidades de ser felices pertenezcan, finalmente, a todos y todas”.
El autor cuenta la meditación de Des Grieux después de la muerte de Manon, ese amante que estimó que aquel grande amor se convirtió en tragedia y consideró un castigo de la providencia que su alma no siguiera tras la de ella en el camino de la muerte.
“Allí quedé, inmóvil sobre mi inolvidable muerte, con mis labios sobre su rostro querido y sus manos” (2).
(1) Bataille, Georges. El erotismo.
(2) Prévost, Abate. Manon Lescaut.