Esclavizar a un ser humano: ¿placer o de poder?

Esclavizar a un ser humano: ¿placer o de poder?

Esto dice Jorge Zepeda en "Milena o el fémur más bello del mundo"

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mayo 06, 2015
Esclavizar a un ser humano: ¿placer o de poder?
Foto: planetadelibrosmexico.com

Esta novela es la ocasión perfecta para que los ojos de cualquier buen lector la devore en cuestión de horas. Tal vez, con la misma rapidez con la que muchos hombres devoraron a Milena. La atractiva croata que desde los 16 años es secuestrada y entregada a las manos de la red de tráfico de blancas en Europa, es quien encarna, a lo largo de las páginas, la pesadilla de millones de mujeres que son vendidas y esclavizadas en pleno siglo XXI.

La trata de blancas, más que cualquier otro delito sexual, es un acto que representa la negación del intelecto humano y que inmortaliza nuestro grotesco instinto animal. ¿Qué puede ser más degradante que esclavizar y comercializar a otro ser humano, con el único fin de consolar una necesidad carnal? Tal como lo muestra la novela, es una realidad que no es perpetuada por los proxenetas, sino por los clientes, hombres cobardes y perversos que pagan por violarlas y utilizar su voraz sexualidad como un instrumento de dominación.

Sin embargo, más allá del tema trillado de la injusticia social, lo que es fascinante de esta obra es que se propone revelar la intrínseca relación entre el poder y el sexo: vínculo que todos percibimos en los diversos escenarios de nuestras vidas. En la obra, el poder es el hilo conductor. Por una parte, está representado entre los usuarios frecuentes del cuerpo de Milena: altos funcionarios del gobierno español, empresarios y políticos hipócritas que conforman una clase corrupta y una maquinaria sexual insaciable. Pero por otro lado está Milena, quien, desde la intimidad de las carnes de sus clientes, aprende a entender sus anhelos y el sutil movimiento de los hilos del control y a dominarlos desde el deseo. Y es que no hay mayor representación del poder que un cuerpo desnudo que transpira y atiborra el aire con hormonas. Milena aprende  a usar ese apetito y esa humedad para abrir un sendero que le permita recuperar su libertad.

Es en México donde logra finalmente escapar de esta red de trata y donde se cruza con tres personajes: Amelia, presidente del partido de Izquierda; Tomás, director de El Mundo, un diario en problemas como todos; y Jaime, experto en seguridad e información, quienes deciden protegerla de la mafia transnacional, que parece estar dispuesta a ensangrentar cualquier calle con tal de dar con ella. La aparición de estos personajes -o mejor, el de sus oficios- amplía el espectro de los juegos del poder y permite evidenciar cómo desde el acceso a la información, la política y el periodismo se manipula o altera cualquier información o situación.

La pregunta que atraviesa la novela es ¿qué es lo que esconde Milena?, ¿qué puede suscitar esta cacería y guerra de poderes que oscilan entre la legalidad y la ilegalidad,  entre el mundo que conocemos y la telaraña del verdadero control de los titiriteros? Es un fascinante viaje por las espirales perpetuas entre el poder y el placer. Solo un autor que entiende cómo funciona el periodismo, la política, la codicia y la maldad humana es capaz de dar vida a una obra donde se visibiliza la delgada línea entre el mundo perceptible y el submundo, pero que revela que, al fin y al cabo, las reglas y los mecanismos de control del uno y del otro terminan siendo los mismos.

 

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