Calificación:
La premisa de la que parte Escándalo americano es muy buena: Al alcalde Carmine Polito (Jeremy Renner), se le ha metido en la cabeza convertir a Atantic City en un inmenso casino en donde apostadores de todo el país vengan a dejar su dinero. Para lograrlo está dispuesto a entrar en contacto con el mafioso más influyente del lugar. ¿Qué se le va a hacer? Por ahí dicen que la política es el arte de sacar un diamante del fondo de un barril lleno de mierda y untarse lo menos posible. El brazo de Polito apenas estaba sucio.
La oportunidad de conseguir recursos le llega cuando el empresario Irving Rosenfeld (Cristian Bale) y su amante, la stripper Sidney Prosser (Amy Adams) se ponen en contacto con él y le dicen que tienen un jeque de una de esas Arabias dispuesto a invertir unos millones en el proyecto. El empresario y la stripper son dos timadores profesionales que han sido descubiertos haciendo una estafa por Richie Di Maso (B. Cooper) un agente encubierto del FBI quien busca desesperadamente salir del anonimato, ascender, dejar la horrible casa en donde vive hacinado con su familia y por eso empieza a usar a los estafadores y así enredar al alcalde y desarticular la red mafiosa que tan sólo busca llevar el progreso a Atlantic City.
Pero algo sale mal para Di Maso, a Rosenfeld le cae bien Carmine y tratará, en los posible, de salvarlo del escarnio público.
Una premisa estupenda sin duda que seguramente hubiera funcionado mejor si la película tuviera el ritmo que se necesita para transitar sus 160 fatigosos minutos. Hay escenas vacías, hechas solamente para el lucimiento de los actores y en donde inevitablemente viene el bostezo y la amargura, porque debo confesarlo, a mi se me avinagra el genio cuando empiezo a aburrirme en una sala de cine. Que fastidioso eso de que en todo momento debas estar atento de los nombres, una cantidad innumerables de nombres que te hace sentir incómodo como si en vez de estar en el cine estuvieras en un bus intermunicipal leyendo una novela rusa.
Seguramente si Escandalo americano no hubiera sido tenido en cuenta por los miembros de la Academia yo no la hubiera visto jamás. Soy un maldito snobista ¿Qué podemos hacer?. Es enredada, aburrida, uno de esos trillers políticos pesados como el plomo. Sin embargo no está desprovista de virtudes: Bale está magnifico y el contrapunteo que tiene con Jeremy Renner, su amistad y posterior rompimiento los confirma como dos de los actores mas potentes de la actualidad. Jennifer Lawrence vuelve a mostrar su talento arrollador. Los momentos en que la protagonista de Winter’s Boone aparece en la película sirven para refrescar este penoso intento de David O. Russel de hacer su Martin Scorsese’s movie. En algunos momentos uno piensa que está viendo un remake descafeinado de Buenos muchachos o de Casino y cuando aparece la cámara lenta el inconsciente empieza a jugarte una mala pasada y juras que estás escuchando Gimme Shelter de fondo musical.
Viendo 12 años de esclavitud y Escándalo Americano, dos de las más serias candidatas a ganar la codiciada estatuilla que se entregará el 2 de marzo, a uno le queda claro que los miembros de la Academia necesitan renovarse. En Hollywood no se premia el riesgo ni la innovación y eso desde siempre ha sido así. Por eso grandes directores como Alfred Hitchcock o Stanley Kubrick nunca ganaron un Óscar. Pero estas políticas deben cambiarse. Está claro que si quieres sorprender a los ancianos que conforman la Academia tendrás que recurrir a una historia de época, larga y sosa, en donde se denuncie algo. Ocurre lo mismo que con el Nobel de literatura: no se premia tanto la calidad como las buenas intenciones. Es por eso que Blue Jasmine , película muy superior a las anteriormente nombradas , apenas obtendrá una estatuilla, la que le entregará Daniel Day-Lewis a Cate Blanchet.
Escándalo americano pasó sin pena ni gloria por los teatros colombianos en parte porque la gente había convertido a las salas de cine del país en una iglesia en donde se honraba a su nuevo dios, Eugenio Derbez, y en parte porque dos horas y media es mucho tiempo para gastarle a esta comedia sin chispa, demasiado fría y cerebral, en donde los mejores momentos los vives al principio, cuando Cristian Bale trata de negar su calvicie desperdigando los pocos pelos que le quedan por su cabeza y poco antes del final cuando es echado de la casa de Carmine Polito, justo después de estallar el escándalo.
Dos momentos buenos nunca justificarán una entrada al cine…. Ni mucho menos 10 nominaciones al Óscar.