En el presente artículo abordaré la cuestión de Venezuela frente a la repetición de los medios de comunicación corporativos y los gobiernos “democráticos” de que en el vecino país hay una dictadura. Antes de entrar en materia, es menester partir desde el significado de esta palabra y qué mejor que utilizar el diccionario de la Real Academia Española para su definición. Según este, una dictadura es un “régimen político que, por la fuerza o la violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales”.
Si tenemos en cuenta lo anterior, pienso que en Venezuela no hay una dictadura porque el gobierno actual nunca tomó el poder a través de la violencia y las armas sino por medio de la elección popular. Además, el poder no se encuentra concentrado en una persona ni organización, el poder estatal se halla distribuido en los tres poderes públicos autónomos y se eligen por voto popular.
El presidente Maduro fue reelegido el 20 de mayo de 2018 con un 68% de los votos, obteniendo aún más que los presidentes que lo señalan de dictador. A continuación veamos el porcentaje electoral que obtuvieron algunos de los gobiernos que apoyan la postura de Estados Unidos. En Colombia, el presidente Duque es elegido con el 39,12%. En Chile, el presidente Sebastián Piñera es elegido con un 54,4%. En Argentina, el presidente Macri es elegido con un 51,34%. En Brasil, el presidente Bolsonaro es elegido con un 55,21%. Y por último, Donald Trump, el auspiciador del golpe de estado contra Venezuela, perdió el voto popular y ganó la presidencia por los votos del colegio electoral, lo que indica que la ciudadanía quería a la demócrata Hilary Clinton.
¡Ah!, pero usted podría decir, basado en lo que muestran los medios corporativos, Maduro obtuvo ese porcentaje porque hubo fraude y la oposición no participó. Veremos si este razonamiento es cierto. Según el instituto Centro Carter, el sistema electoral de Venezuela es uno de los mejores del mundo y la probabilidad de fraude es mínima, o si no ¿por qué en el 2015 la mayoría de los escaños de la asamblea nacional los ocupó los partidos contrarios al gobierno? En cuanto la oposición, el gobierno no les negó la posibilidad de participar en los comicios, ellos mismos decidieron no hacerlo para sabotear el proceso electoral, a pesar de que las elecciones se celebraron en una fecha adelantada por su petición. No obstante, como la oposición está dividida, algunos candidatos participaron: Henry Falcón del partido Movimiento al Socialismo; Reinaldo Quijada de Unidad Política Popular 89; y Javier Bertucci de Movimiento Esperanza por el Cambio. Ahora centrémonos en los países “democráticos”, según los observadores y la sociedad civil en las elecciones de Colombia, Argentina, chile, Brasil, Honduras, Estados Unidos, entre otros, hubo fraude, de ahí que no tienen criterio alguno para señalar a otro país de dicho flagelo.
Ahora bien, otro argumento que utilizan para calificar el país sudamericano de dictadura es la violación de los derechos humanos, pero revisemos si EE.UU. y los países que lo acompañan son protectores y defensores de estos derechos.
En Colombia, los derechos humanos se violan constantemente, el exterminio de partidos políticos como la Unión Patriótica, el asesinato sistemático de líderes sociales y de exintegrantes de las guerrillas; la persecución y satanización de la protesta social y la agresión a los manifestantes, si lo duda, pregúntele al estudiante que perdió un ojo por culpa de la fuerza bruta del Esmad en las últimas manifestaciones estudiantiles. En Chile, persecución y asesinato de la comunidad Mapuche. En Argentina, persecución a la oposición política. En Estados Unidos, persecución a los inmigrantes, separación de los hijos de sus padres y encerrados los niños en jaulas como animales. En Honduras, narcotráfico, corrupción y vandalismo en las calles, falta de oportunidades por las cuales miles de inmigrantes han salido para buscar un supuesto mejor futuro. En Israel, asesinato a los manifestantes pacíficos de Palestina y arresto de niños, jóvenes y toda persona que alza su voz en contra de la ocupación. En Arabia Saudita, monarquía totalitarista que arresta a sus opositores y los asesina, o si no pregúntele a Khashoggi. A su vez, este “democrático reino” tiene una guerra con Yemen desde hace unos años y bombardea a civiles indefensos con bombas vendidas por Estados Unidos. Preguntémosle a Yemen si los derechos humanos han sido respetados en esa cruenta guerra patrocinada por occidente y silenciada por los medios que se quejan de la falta de democracia en Venezuela. Podría continuar mencionando cada país que se autoproclama como protector de los derechos humanos pero que en verdad los viola, sin embargo, no terminaría nunca.
Los hechos que están en desarrollo en contra de Venezuela a la cabeza de EE. UU. son un atentado contra el derecho internacional al interferir en los asuntos internos de un país soberano. En la carta de la ONU en el capítulo I Propósitos y principios, en el artículo 2 se habla que debe solucionarse los conflictos o problemas internacionales de manera pacífica y que no se debe intervenir en los asuntos internos de los miembros de esta entidad. Estados Unidos ha intervenido de manera abierta y se ha portado de manera irresponsable al patrocinar el autonombramiento de Juan Guaidó quien no fue elegido para el cargo que está usurpando. También, invitando a las fuerzas militares para que depongan el gobierno elegido constitucionalmente en las urnas. En Estados Unidos existe una investigación por la supuesta interferencia rusa en las elecciones donde quedó elegido Trump, lo que muestra la doble moral, no les gusta que haya influencia en sus asuntos internos pero si interfieren en los de los demás.
Ahora bien, me gustaría plantearles una pregunta a los colombianos que apoyan las acciones injerencistas del norte, ¿aceptarían el derrocamiento de Duque apoyado por Rusia y China? Imaginemos el siguiente contexto, Rusia y China desconocen el gobierno de Duque —a pesar de ser elegido por voto popular— lo acusan de violación de los derechos humanos e invitan a los países amigos que lo desconozcan. Si se diera estos acontecimientos, los votantes de Duque lo rodearían y protestarían ya que no admitirían que un gobierno extranjero decidiera el destino del país.
En conclusión, la realidad presente es muy peligrosa para el orden internacional dado que la diplomacia está perdiendo su valor. Es grosero que el Grupo de Lima y los Estados Unidos desconozcan la voluntad del pueblo y quieran imponer un gobierno acorde a su filosofía política. En nombre de la democracia y la libertad, hacen lo contrario, estamos asistiendo a la profecía de George Orwell en su novela de 1984, donde el gran hermano lo controla todo e inventa el neolenguaje donde se invierte el significado de las palabras para dominar la mente de las personas.