Dicen las noticias, en estos días, que «hay gran preocupación» por el uso que se está dando a la Inteligencia Artificial. Es tanta la preocupación que importantes gurús del mundo informático han firmado una carta pidiendo que hagan una pausa —por lo menos de 6 meses— en el entrenamiento a los sistemas que hay actualmente de IA.
La cosa debe de revestir alguna gravedad pues la carta abierta la han firmado entre otras personalidades: Elon Musk; Steve Wozniak, cofundador del imperio Apple; Jaan Tallinn de Skipe yMaz Tegmark de Mit.
Dicen los firmantes de la misiva que estos sistemas, que se valen de la IA, plantean grandes riesgos para la sociedad y la humanidad ya que su uso puede «representar cambios profundos en la historia de la vida en la tierra y esa IA debe de planificarse y administrarse con sumo cuidado» porque lo que sucede es que las «mentes digitales hasta hoy desarrolladas» están actuando en una carrera sin control y nadie, absolutamente nadie, ni siquiera quienes las crearon tienen forma de controlarlas de manera confiable
Dicen también los analistas que estos sistemas de IA «se están volviendo competitivos para los seres humanos en tareas generales» alerta que ya han dado, escritores, fotógrafos, pintores, periodistas y muchas personas que ejercen otros oficios y que a esta altura de la tecnología, la pueden realizar también sistemas de Inteligencia Artificial, con detrimento para los creadores humanos.
Estamos asustados —parece— porque son muchas las preguntas que rondan en torno a las aplicaciones de esta inteligencia desbordada «¿Debemos dejar que las máquinas inunden nuestros canales de información con propaganda y falsedad? ¿Deberíamos automatizar todos los trabajos, incluidos los satisfactorios? ¿Deberíamos desarrollar mentes no humanas que eventualmente podrían superarnos en número, ser más astutas, obsoletas y reemplazarnos? ¿Debemos arriesgarnos a perder el control de nuestra civilización? Tales decisiones no deben delegarse a líderes tecnológicos no elegidos. Los sistemas de IA potentes deben desarrollarse solo una vez que estemos seguros de que sus efectos serán positivos y sus riesgos serán manejables.»
Para muchos esto se está convirtiendo en un novelón futurista en el que las aplicaciones de IA, empiezan a dominar el planeta.
Es por ello que los firmantes de la carta piden «Por lo tanto, hacemos un llamado a todos los laboratorios de IA para que detengan inmediatamente durante al menos 6 meses el entrenamiento de sistemas de IA más potentes que GPT-4. Esta pausa debe ser pública y verificable, e incluir a todos los actores clave. Si tal pausa no puede promulgarse rápidamente, los gobiernos deberían intervenir e instituir una moratoria».
Lo cierto es que quienes se hayan acercado a la IA con las aplicaciones que la usan se obtienen resultados que asombran: fotografías que son un desastre se vuelven de una perfección insospechada; textos que nos demoraría varias horas escribir y perfeccionar con la Inteligencia Artificial, en un parpadeo pone a nuestra disposición un elaborado contenido listo para utilizar donde se desee y con un mínimo «retoque» por parte nuestra sin ninguna objeción para el lector. Diez o doce trazos que al observarlos nos remontan a la época de nuestros dibujos en la escuela, se convierten un paisaje que nos deja asombrados.
Por algo están pidiendo control y una pausa para el uso de la IA; ah, y ojala sea para bien de la humanidad, no para perfeccionarla y los que todo lo tienen tengan más…