Óscar Esteban Martínez, el pintor, vive en San Antonio en compañía de su familia y de dos hermosos e imponentes gatos: Dalí y Gala. Su casa es fácil de identificar en este barrio caleño pues sobre una ventana duerme a pierna suelta un gato multicolor que los transeúntes no se cansan de admirar.
Su obra más reciente está cargada de rostros con los que pretende representar alguna parte de la sociedad. Su trabajo se basa en la contemplación que él tiene sobre las personas para en las miradas, descubrir situaciones, que a veces, la sociedad quiere ignorar u otros a los que esa misma sociedad admira por su posición de éxitos. Es a partir de esa percepción personal que Martínez hace sus cuadros en los que esos seres humanos reflejan su interior.
Estuve en su taller para que hiciera un balance de su trabajo en este 2018 que está terminado.
“Este 2018 —dice— ha estado muy movido y por lo mismo estoy muy satisfecho. Tuve actividades varias. Fui invitado a varios salones dentro y fuera del país. Estuve en el Perú en la VII Bienal de Arte Indígena, Ancestral y Milenario. Estuve en Sucre, Sincelejo, en el Salón Sucre y en la Bienal Internacional de Arte, en Armenia, Quindío".
"A estos eventos llevo, para exhibir, algunas pinturas de la serie Creencias, que es la que he venido trabajando este año. Este es un trabajo con el que el artista busca desentrañar el mundo de algunas personas ya que en el rostro de las personas se refleja su mundo interior”, señala el pintor.
Vale la pena destacar que en la Bienal Internacional de Arte donde participaron 300 artistas de 22 países, Martínez se hizo acreedor a una mención honorífica por su participación lo mismo que en el evento de Arte en Sucre.
Hay en este momento una gran actividad de rescate de este sector de San Antonio que usted habita. ¿Qué tanto le sirve al arte y a los artistas, esta peatonalización del sector?
“Es una buena propuesta pues el día del patrimonio arquitectónico, aunque fue una iniciativa como improvisada, fue un buen experimento, la gente se sintió muy cómoda caminando por la calles de San Antonio y participando de las propuestas culturales y gastronómicas, además del disfrute del paisaje que ofrece el sector”.
¿Qué expectativas tiene para el 2019?
“Voy a tener otras participaciones internacionales, ya estoy invitado a Chile, voy a estar en Méjico, vuelvo a otro evento en Sucre, iré también a la bienal de Arte en Suba, y estoy preparando una exposición individual”.
“Sigo en una búsqueda constante, aprendiendo. El viaje reciente al Perú me sirvió mucho ya que he empezado a incursionar en un terreno que no era muy conocido para mí sobre el arte ancestral y milenario, y me enriqueció mucho compartir con artistas de otros países y trabajar sobre el rescate de nuestras raíces y la cultura ancestral que está muy ligada a la naturaleza y al respeto por el medio ambiente y de los demás seres humanos. Me gustó mucho ver cómo las culturas indígenas hacían mucho uso de la astronomía y la relación del hombre y la naturaleza”.
Óscar también tiene su taller escuela al que llegan muchos aprendices y en el que las personas que tienen inquietudes artísticas encuentran a uno de los mejores maestros en pintura, cerámica y escultura.
Agradezco a Óscar su atención y al despedirme Dalí, su gato se despereza de una siesta que hace honor al gato que adorna la ventana del pintor.
