Quienes sufren la consecuencia de las exageradas alzas en todos los productos, es el pueblo pobre, que obligado por las circunstancias compra los productos para sobrevivir. El aumento del salario mínimo a un millón de pesos ya quedó en nada.
Los directivos de los gremios empresariales ríen y aplauden la reactivación económica. Para que a ellos les vaya bien hay que subirle a todo exageradamente.
2021 terminó con las alzas exageradas de los materiales de construcción, los insumos para fabricar el pan, el exagerado costo en la carne y leche ya no permite comer proteína, el papel desapareció para subir el precio. Y muchos productos que compra la gente subieron. Los combustibles suben y por lógica los productos del campo están incomprables.
Los distribuidores y productores de artículos de toda clase, se convierten en los verdugos del pueblo porque están obligados a subir los productos; por lógica los platos rotos los paga el más pobre que hace su casita, necesita alimentar a la familia y así las cosas no es fácil entender que es la reactivación económica que castiga al más pobre.
Lo que viene para el 2022 es lo mismo de todos los años; sube el salario mínimo el índice de inflación o algo más, y todos suben en el 2021 y llega el 2022 y de nuevo todo sube.
Como siempre, durante el año los precios de los insumos suben el 20 o 30 % y la pobreza aumenta para muchos colombianos. ¿Quién controla esto? ¿El pueblo tendrá que salir de nuevo a las calles?
Feliz navidad y próspero año nuevo. Así se distrae al pueblo que una vez protestó y se manifestó por tanto desorden, carestía y falta de atención. Todo terminó cuando no pasó nada con la cháchara en los salones en donde se pavonea la literatura adornada para arreglar lo que no se arregla.
Los que salen con banderas a gritar y dirigir se esconden y se olvidan que están trabajando por los males sociales. ¿Se volvieron políticos del sistema?
Sería bueno que en las novenas de aguinaldos la gente siguiera orando no para esperar milagros, sino para que la gente sepa elegir esta vez.
¿Quién será el mago que pare tanto desorden económico? ¿Cuántos serán dicharacheros?
