Gustavo Petro, ciudadano de inteligencia sorprendente, humanista, con propuestas sociales en favor de la población más necesitada como también de aquellas comunidades en riesgo de caer en la pobreza multidimensional.
Petro es el único candidato a la presidencia con planteamientos progresistas, propone un capitalismo liberal para eliminar brechas económicas donde la niñez desprotegida, el campesino, el obrero de la ciudad, la mujer desamparada, los jóvenes sin oportunidades de estudio ni de trabajo, el anciano indefenso pueda tener una vida digna, es decir vivir sabroso como dice la admirable fórmula vicepresidencial del Pacto Histórico Francia Márquez.
Respirar una fiesta diaria de razones objetivas para construir país a través de cambios inaplazables, de derogar el clientelismo, de atacar a fondo la corrupción, de favorecer con estrategias tecnológicas y financieras la agricultura, fundamental para el desarrollo de un país, eliminar el fracturamiento hidráulico, mecanismo de extracción de hidrocarburos desastroso para el medio ambiente, de transformar las EPS, conceder educación gratuita, depurar las fuerzas militares y de la policía y muchos otras alternativas para el bien común.
Lo anterior se logra con el programa, serio y viable, de gobierno no populista de Gustavo Petro. Esta región suramericana no merece el atropello cínico del reducido grupo de lacras políticas, de un régimen aliado con el paramilitarismo, el narcotráfico y con el abuso financiero de los bancos.
Colombia, como muchos otros países subdesarrollados, es una de las naciones más fáciles para hacer política continuista y a la vez uno de los más difíciles para generar el cambio y desplegar una dirección de los recursos públicos de forma honesta, inclinada a sacar de la pobreza extrema a más de 8 millones de coterráneos.
Este antecedente de barbarie contra el pueblo desprotegido se debe a factores como la ignorancia política de un alto porcentaje de compatriotas, a ciertos medios de comunicación al servicio de las élites gubernamentales, olvidándose de los principios éticos del periodismo, empresas totalitarias al servicio de la clase dirigente, por las noticias falsas, programadas con el único fin de favorecer el candidato de la oligarquía, convirtiéndose estas en propaganda negra sin escrúpulo alguno, la compra de votos por parte de los clanes tramposos adheridos sin disimulo alguno al aspirante perteneciente a la politiquería tradicional, volviéndose dicho proceder como algo normal dentro de la democracia, a una registraduría cómplice del poder atropellador de la libre expresión, la clase arribista arrodillada ante quienes son sus verdugos, la alianza entre chusmas de la política, las fuerzas tenebrosas listas a desestabilizar el desarrollo de las elecciones, iglesias adoctrinadoras en épocas de elección, etc.
Duele Colombia
Crímenes de lesa humanidad, atentados contra jóvenes y manifestantes en general, hambruna y desventura por la extensión de este país solo da para expresar, duele Colombia. Colombia duele a causa del desangre de la democracia. Democracia sinónimo del inhumano proceder político, económico y social.
Este territorio urge de un cambio inmediato, doscientos años de constante angustia de la clase jornalera, de un pueblo sumido en los más altos índices de desempleo, con una gobernanza apocalíptica la cual refleja una hiperinflación en la canasta familiar, el robo en todos los órganos gubernamentales ya hizo estallar la bomba del menosprecio hacia estas sabandijas del manejo de la cosa pública.
Gustavo Petro, Colombia lo necesita como presidente porque durante su carrera de concejal, senador y alcalde ha demostrado sacrificios y resuelta exposición de su vida en esta patria de nada donde no se respeta la integridad del ser humano, por su hombría al levantar la voz contra el dominio perverso de quienes nos gobiernan.
Usted tiene la gallardía, la capacidad suficiente de parar esta hecatombe sin límites. Ojo con el 2022 cuando inicia una nueva era en beneficio del pueblo necesitado de un mejor futuro.