La luna, nuestra compañera nocturna, está a 384.403 kilómetros de la tierra. Es nuestro único satélite y ha sido inspiración de innumerables mitos y leyendas. A su vez, las pléyades son un grupo de estrellas muy jóvenes, a una distancia aproximada de 380 años luz de la Tierra. A este grupo astral se suma la Nebulosa de Orión, una nube gigante de gas y polvo cósmico, iluminada por una agrupación de estrellas que debido a la emanación de energía térmica, presenta un color rojizo. Es una de las más brillantes nebulosas en el cielo y aunque está a 1270 años luz de la Tierra, se ve a simple vista.
Estas medidas pueden resultar bastante desconcertantes, y es que suele suceder que mucho de lo que ocurre en el universo se sale de nuestra comprensión cotidiana, de nuestros cálculos matemáticos ordinarios, y solo los astrónomos, estudiosos y expertos en la materia pueden hacerse una idea mental de lo que significan estas distancias.
Pero para ponernos en contexto, o mejor, para aterrizar un poco más la idea, incluso aquellos genios del firmamento tuvieron que buscar una alternativa que permitiera medir las distancias astronómicas, ya que la medida en kilómetros en estas escalas planetarias se había quedado corta. Por esta razón, crearon una nueva unidad de medida, la Unidad Astronómica (u.a.) que es la distancia media de la Tierra al Sol 149.597.870 km. La sonda espacial Voyager 1 es el objeto hecho por el hombre que más lejos ha llegado de la Tierra y está a unas 120 u.a. Sin embargo, cuando observamos el universo a gran escala, esta unidad también se queda pequeña.
La forma de medir estas interestelares distancias es mediante el año luz, que es la distancia que recorre la luz en un año. Así, la luz del Sol tarda unos 8,32 minutos desde que sale del Sol hasta que llega a nuestra Tierra, y la Luna a tan solo 1,2 segundos luz. Las Pléyades están a 380 años luz de la tierra y la Nebulosa de Orión a tan solo 1270 años luz de distancia. De ahí el conocido dicho maternal, “usted sí es que está en la nebulosa” o en el mejor de los casos “en la luna”, como quien dice, es mejor estar en la Luna; por lo menos está más cerca.
Entonces si ustedes no tiene tiempo de ir a la luna, la nebulosa o a las pléyades, los invitamos el próximo sábado 20 y 27 de febrero para que vengan al Planetario a realizar la observación de estos objetos celestes y algunos más de 6 a 8 p. m. en la entrada (fachada). Es probable que la luz de los astros que van a observar haya iniciado su recorrido hace mucho tiempo, así es que esa maravilla celestial que vas a ver, si el cielo y las condiciones climáticas son favorables, no es el presente, es el pasado de la todavía enigmática realidad del cosmos.
Para más información, visita la página del Planetario de Bogotá