No tengo dudas. Para la humanidad es más importante la Amazonia, así sea solo la Amazonia colombiana, que Colombia.
La semana pasada le pregunté a dos amigos, profesionales ellos, cuánto tiempo creían que llevaba la humanidad en la Amazonia y sus respuestas fueron: “mil años”; “no, mucho más, como tres mil años”. Se mostraron escépticos cuando les dije que en La Lindosa al menos 12.600 años, pero que en Chiribiquete pueden ser 19.000 años (Castaño, 2020) y que, de confirmarse, este dato cambiaría las teorías sobre la historia de la humanidad en el Nuevo Mundo.
Ya sé que a muchos les gusta decir que historia es a partir de cuando hay documentos escritos, pero en Chiribiquete hay más de 70.000 grabados que son historia viva.
En esencia la Amazonia continental es un sistema hídrico complejo que contiene tres grandes mares: uno aéreo, formado por ríos voladores que vienen desde la Antártida y descargan su humedad sobre la selva, la cordillera de Los Andes y van hasta Arizona; uno superficial, que aporta al Atlántico 18 % del agua dulce del planeta, el gran río de Las Amazonas; y otro, menos conocido, subterráneo. Tres mares interdependientes que son un solo sistema hídrico. Vital. Regula los vientos y el clima y la vida.
Chiribiquete, una historia que puede ser de 19.000 años
Hay mucha vida en la Amazonia. Vegetal y animal. Hay tanta vida por la abundancia de energía y de agua. Al estar en la línea del ecuador, en la Amazonia hay energía solar todo el año, energía que la clorofila de las plantas transforma en biomasa. Si se tala el bosque la energía solar se refleja (y se refracta) y, dada la nubosidad, produce el efecto invernadero, el calentamiento de la tierra que tanto teme hoy la humanidad. El temor es mayor en los países que primero desaparecerán con el derretimiento de los casquetes polares y la subsiguiente elevación del nivel de los océanos. A los países desarrollados no les importa que desaparezcan Tumaco o Cartagena: se trata de Manhattan, los “Países Bajos” y tantas islas y territorios robados al mar, allá, en el hemisferio norte. ¿Estamos viendo por qué es tan importante la Amazonia para “la humanidad”?
Para las corporaciones transnacionales también es importante la Amazonia, ni más faltaba. Su banco de germoplasma, producto de la mayor diversidad de especies por hectárea del planeta, contiene opciones incalculables para la medicina y la cosmética, para la industria alimenticia, la biogenética y la de semiconductores, entre otras. Recordemos que la Panamazonia conserva el 10% de la biodiversidad del planeta (PNUMA y OCTA, 2009). Las industrias de energía fósil y de la hidroelectricidad están disparadas en la Amazonia. Uribe y Santos repartieron concesiones a diestra y siniestra (China incluida). Y las corporaciones transnacionales entendieron que la paz era para explotar sin pagar más coimas a guerrilleros y paramilitares, solo las otras.
Desde la Orinoquia avanzan sobre la Amazonia colombiana, como en Brasil, los monocultivos: la palma africana, los pastos para ganadería y luego vendrá la soja, sí, como en Brasil. La minería del oro, del coltán, de las tierras negras sigue en la serranía de Taraira y hasta el alto Caquetá y Putumayo. Los desterrados de siempre se pasan de cultivar coca a la minería y regresan, según las oscilaciones de los precios internacionales de los dos commodities y las políticas represivas.
La Lindosa, arte rupestre de hace 12.600 años Foto: fcds.org,co
En la Amazonia colombiana (Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés) somos solo un millón de personas, esto es, 2,1 % de los colombianos. Ocupamos el 35,3 % de territorio nacional. Ningún presidente, magistrado, obispo, general o CEO de multinacional ha sido de la Amazonia. Hernando Turbay Turbay fue presidente del Senado y Guillermo Rivera ministro, pero por ser ellos del Partido Liberal, no por ser de la Amazonia. Hay generales, pero de la guerrilla y de los paramilitares. A propósito: entre 1985 y 2017, según datos oficiales, en la Amazonia hubo más víctimas del conflicto armado por cada 100.000 habitantes que en cualquiera otra región. Aquí ha sido más intensa la violencia que en el resto del país. Y algo tiene que ver en eso la importancia geoestratégica de la Amazonia para el mundo. O si no, ¿qué hacen tres bases militares gringas en la Amazonia?
Pero la mayor violencia ha sido el exterminio de los pueblos indígenas de la Amazonia. Exterminio físico y cultural. En el relato de construcción de la nación colombiana no aparecen los 19.000 años de historia de las naciones amerindias. Negar esa historia, ocultarla, desconocerla es como el secuestro: un asesinato continuado. ¿Sabe usted, amable lector y lectora, que en la Amazonia colombiana se hablan 54 lenguas, incluyendo el castellano, pertenecientes a 17 familias lingüísticas? ¿Y sabe que solo somos 168.572 los indios que quedamos en la Amazonia luego de las cinco guerras que hemos soportado?
Carlos Castaño: de confirmarse civilización hace 19.ooo años en Chiribiquete, cambiaría
la historia de la humanidad
Cuando se haga la paz en Colombia, y se hará la paz, comenzaremos por ahí: por reescribir el relato verdadero de la nación. El mito fundacional de la Colombia plurinacional y en paz se llamará CHIRIBIQUETE. Solo entonces la Amazonia será importante también para Colombia, no solo para la humanidad.