Ha sido muy importante el aporte del gobierno nacional para impulsar la conectividad, la transformación digital y el cierre de las brechas digitales en Colombia. Y aunque los avances han sido muchos, todavía nos falta. De eso nos dimos cuenta con esta crisis desatada por el COVID-19.
Ahora bien, en estos momentos cursa una iniciativa en Congreso, el proyecto 192 de 2019, por medio del cual se crea el régimen del trabajo virtual, se establecen normas para promoverlo y regularlo, y se dictan otras disposiciones.
La propuesta de Alfredo Deluque Zuleta, representante de La Guajira, consiste en crear una nueva modalidad de contratación y vinculación laboral, denominada trabajo virtual. La idea sería reducir la informalidad de los trabajadores que ejercen su trabajo desde sus hogares, pero que por falta de regulación no gozan de las garantías necesarias y existentes en nuestro ordenamiento jurídico.
La iniciativa que será presentada en la Comisión Séptima de la Cámara por Jairo Cristo como ponente nace de la necesidad de regular las relaciones laborales, proteger al trabajador, dinamizar la economía, incentivar la inversión de empresas internacionales, reducir la informalidad e impulsar las competencias digitales.
De aprobarse, cumpliríamos varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, sobre todo con los que se enmarcan en la campaña Aptitudes digitales para el empleo digno, cuyo objetivo es dotar a jóvenes, hombres y mujeres de competencias digitales para el empleo antes de 2030.
Cabe anotar que en los últimos años hemos sufridos múltiples transformaciones, y el mercado y la legislación laboral no han sido la excepción. Por eso debemos adaptarnos a las nuevas realidades sociales.
Y si bien es cierto que en nuestra legislación existe la Ley 1221 de 2008, la regulación del teletrabajo aún resulta limitada para ejecutar un trabajo ciento por ciento virtual, pues requiere que en algún momento exista contacto físico entre el trabajador y el empleador, y en muchos casos no se permite que todo el proceso de contratación, capacitación y empleo sea completamente virtual.
No obstante, no se puede obviar que entre 2012 y 2018 la cifra de teletrabajadores pasó de 31.553 a 122.278, y el número de empresas que han implementado dicha modalidad pasó de 4.292 a 12.912.
Con eso en mente, esta interesante propuesta pretende crear una nueva forma de contratación laboral que permita negociar, iniciar, ejecutar y terminar el contrato de trabajo de manera totalmente virtual sin que se requiera interacción física y personal de las partes.
En la actualidad, las tecnologías permiten que se den los elementos de una relación laboral, pero esta propuesta le agregaría la flexibilidad, aspecto que muchos trabajadores piden en la actualidad.
Además, este proyecto de ley propone permitir a los empleadores y a los trabajadores virtuales acordar la intensidad horaria con la que estos últimos deben prestar el servicio de forma para que logre una operación más eficiente.
Así el trabajador virtual en consenso con el empleador podrá desempeñar la actividad contratada en el transcurso del día de manera continua o no, según su conveniencia.
Por todo eso, en la reciente reunión de la bancada del partido de la U, que contó con la presencia del ministro Trabajo, se decidió por unanimidad apoyar la iniciativa:
Representante Alfredo @deluque reafirma su compromiso con el #TrabajoVirtual, cuyo proyecto, la fue presentado y cuenta con el apoyo pleno de la Bancada del #PartidoDeLaU #UnidosPeroEnCasa pic.twitter.com/FNKZam6iUw
— Partido de la Unidad #UnidosPeroEnCasa 🏠 (@partidodelaucol) April 21, 2020
Y es que dada la imposibilidad de las actividades físicas por cuenta del COVID-19, vemos cómo los procesos de digitalización se han hecho necesarios. Por consiguiente, nuestra legislación debe estar acorde para poder brindar oportunidades laborales ahora y a futuro.
Por eso destaco y aplaudo iniciativas como esta, que nos permite un acercamiento sólido al uso de la tecnología para estas actividades diarias y para las funciones del Estado. Ahora es el momento de que nos digitalicemos, ¿si no cuándo?