El rechazo generalizado a los infames aumentos en las tarifas de la energía eléctrica causados por la política económica del Gobierno Nacional debe traducirse en una copiosa votación a favor de quienes se han opuesto de manera sistemática a estos desafueros oficiales, que han gozado del respaldo de los partidos tradicionales, principalmente uribistas y santistas. Las dos bancadas aprobaron el Plan Nacional de Desarrollo (Ley 1955 de 2019), que contiene tres tarifazos contra los sectores populares, la clase media y empresarios pequeños y medianos, Ley 1955 contó con el rechazo rotundo de la bancada del Polo Democrático Alternativo.
Pero el asombro se quedó corto en los últimos días cuando las pocas empresas generadoras de energía del país anunciaron sin desparpajo que tendrían que hacer otra alza más en las tarifas para todos los usuarios, aduciendo que “los embalses del país tenían menos agua que hace un año” y por eso tenían que generar menos fluido eléctrico para ahorra agua y que entraran las termoeléctricas a generar pero a mayores precios para los usuarios. Electricaribe anunció en un comunicado que las alzas en noviembre y diciembre de 2019 oscilarían entre el 5,27% y el 13%. Si tenemos como punto de referencia que el alza de cuatro pesos el kilovatio hora que pagaremos los usuarios a partir de la próxima factura y de manera retroactiva a mayo pasado representa el 0.8% del precio base, el promedio que nos sonsacarán con el nuevo incremento sería el siguiente: estrato 1, $16,4 por kwh los primeros 173 kilovatios y lo que exceda de este consumo de subsistencia pagará lo de los estratos altos; estrato 4, $41 por kwh y los estratos 5 y 6 y comercial $49,2 por kwh con la contribución del 20%. La llama de la inconformidad queda más que justificada.
En esta campaña electoral han surgido nuevos liderazgos en muchas partes del país. Una nueva camada de jóvenes y mujeres entusiastas de sectores de oposición y alternativos refleja el creciente descontento con la desigualdad indignante, la carencia de democracia y de desarrollo económico y social, la falta de oportunidades, desempleo crónico, informalidad asfixiante, inseguridad y demás lacras subyacentes.
En Atlántico sobresalen figuras frescas que van aireando el escenario como Melissa Aníbal, aspirante al Concejo Distrital de Barranquilla por el Polo #5, abogada con experiencia en la lucha estudiantil de la Mane, avances en investigación en temas como Electricaribe, Triple A, derechos de la mujer. Ella es además columnista del diario La Libertad. Diego Saavedra, profesional en Derecho, con capacidad organizativa y dirigente de Compromiso Ciudadano aspirante a la Asamblea del Atlántico con la Coalición Unidos Podemos #60. No se quedan atrás jóvenes promisorios como Davy Mejía, candidato a edil localidad Norte Centro Histórico de Barranquilla por el Polo $88; Argiro Luján por la localidad Metropolitana Polo #88; Eimy Ortíz Polo #83 y Dairo Bolívar Polo #86 por la localidad Suroccidente; Alexandra Nader Polo #87 y Marlon Donado Polo #88 localidad Suroriente y Orley Zurique Polo#87 y Andrés Fernández Polo 86 localidad Riomar. Candidato al Concejo de Soledad, Mathew Saavedra Polo #8; Ferney Sarmiento al Concejo de Malambo #5 en la Coalición Somos Malambo; Gustavo Medina Polo #2 y Pedro Hernández Polo #1 al Concejo de Puerto Colombia; en Santo Tomás Jacobo Morales por el Polo a la Alcaldía y Marco Fontalvo #2 al Concejo y Rosmel Barreto en Suan Polo #1. Para completar el abanico, el respaldo es para Antonio Bohórquez candidato a la Alcaldía de Barranquilla y para Nicolás Petro a la Gobernación del Atlántico.
