Siguiendo con el tema del agua planteado en el pasado artículo, el autor de esta nota cree que hay tres preguntas a las que se debe intentar dar respuesta: La primera es si ¿el agua en el mundo se está acabando? La segunda es si ¿el agua es un recurso renovable, o por el contrario, como los hidrocarburos, es un recurso finito? Y la tercera es, ¿qué tan amenazante es la adquisición de los recursos hídricos del planeta por parte de algunos magnates?
Respondiendo la primera pregunta, ¿el agua en el mundo se está acabando?, todo parece indicar que la cantidad de agua en la Tierra no ha tenido grandes cambios durante cientos de millones de años. La cantidad de agua sigue siendo esencialmente la misma: lo que ha cambiado ha sido su calidad, su distribución y su preservación. De toda el agua en la superficie de la tierra, menos el 0, 02% está disponible en ríos y lagos en forma líquida potable lista para beber. Lo que ocurre es que el agua está mal distribuida: seis países, entre ellos Colombia, concentran buena parte de las reservas de agua renovable en el mundo. En la otra cara de la moneda, un porcentaje importante de reservorios de agua dulce se han secado en las últimas décadas, no obstante enormes excedentes de agua en otros lugares: el solo río Amazonas bota al Océano Atlántico tal cantidad de agua que bastarían dos horas para satisfacer la demanda de agua anual de una ciudad de 12 millones de habitantes como Nueva York. El Amazonas, de poder almacenarse su caudal, cada año podría remplazar el 20 % del agua dulce que existe en la tierra.
En relación con la segunda pregunta, si ¿el agua es un recurso renovable, o por el contrario como los hidrocarburos es un recurso finito cuya desaparición es cuestión de tiempo?, la respuesta es que, con algunas consideraciones, el agua sí es un recurso renovable. Los recursos naturales renovables tienen ciclos de regeneración por encima de su extracciónque no necesariamente se agotan con su utilización, debido a que vuelven a su estado original o se regeneran a una tasa mayor a la tasa con que los recursos disminuyen. La causa de este fenómeno de regeneración es un proceso que se denomina el ciclo hidrológico, a través del cual las aguas del mar y los continentes se evaporan, forman nubes y caen sobre la Tierra en forma de lluvia, niebla y nieve. Luego pasan a los ríos, lagos o acuíferos subterráneos que forman el importante equilibrio del mar en el sistema hidrológico del planeta.Pero ojo, esto significa que el agua puede dejar de ser un recurso renovable si su tasa de utilización es tan alta que evite su renovación. En tal sentido debe implementarse un marco legal que obligue al uso racional e inteligente que permita la sostenibilidad de dichos recursos, incluyendo la conservación de las cuencas.Dicho lo anterior, no sobra señalar que la agricultura es parcialmente responsabledel agotamiento del agua subterránea disponible en algunos lugares como California; y del 70 % de su contaminación. Según la FAO, a partir de 1950 se ha triplicado el consumo del agua en todo el mundo. Mientras que el consumo por habitante ha aumentado casi en un 50 % (800 mts. cúbicos por habitante), siendo el sector agrícola (70 % del total) y el sector industrial (20 % del total) los que utilizan la mayor parte del agua que se consume. Entonces, en un mundo que exige cada día más comida, es de vital importancia que se racionalice el consumo agrícola de agua.
Respecto a la tercera pregunta, ¿qué tan realista es la adquisición de los recursos hídricos del planeta por parte de algunos magnates?,como lo afirma una revista digital mexicana, Conexión México. Dicha publicación sostiene que Goldman Group, Citigroup, UBS Investment Research, Credit Suisse y JP Morgan Chase, se han dedicado a convencer a sus inversionistas y otras empresas en el mundo, que en el negocio del agua estará la mejor inversión en el futuro.” Para la revista, “ahora, gracias al desarrollo de la civilización y a la ignorancia, inacción y falta de dignidad de la sociedad, el agua ya es propiedad de unos pocos y pronto deberemos suplicar por ella, como si fuéramos tristes esclavos”. El autor de esta nota, teniendo en cuenta que en todos los países del mundo las fuentes hídricas pertenecen es al Estado y su uso son concesiones, cree que la amenaza que plantea la revista mexicana, ¿con fines exclusivamente alarmistas? Es ‘terrorismo hídrico’. Toda sociedad y todo Estado, al ver amenazadas sus fuentes hídricas, sin contemplación se las arrebata al privado. Desde los egipcios así ha sido a través de los siglos, y así seguirá siendo.