¿Es Carlos Amaya un político progresista? Hasta hace pocos días, muchos en Colombia pensarían que la respuesta a esta interrogante sería afirmativa, incluso en la Consulta de la Coalición Centro Esperanza obtuvo un resultado de cerca de 500.000 votos, solo siendo sobre pasado por personas de gran talla política, como: Sergio Fajardo y Juan Manuel Galán. Toda una joven promesa del centro decía los noticieros.
No obstante señor Amaya, después de sus manifestaciones en las que señaló apoyar a Rodolfo Hernández, voy a sostener que usted no se puede llamar progresista ni demócrata, sino todo lo contrario, perteneciente a la clase política tradicional que, otrora usted declaraba atacar, por considerarla retrograda, machista y excluyente.
Más que su prosa y sus discursos, vamos a evaluar los hechos. Usted se precia de ser egresado de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) y de haber sido representante estudiantil.
Por este motivo ha sostenido en diversos escenarios ser abanderado de la defensa de la educación pública, no obstante, el señor Rodolfo Hernández señaló: “Sale más barato cerrar la UIS y vender el lote”. Una afrenta total a todas las Universidad Públicas de Colombia. Sin embargo, lejos de una crítica por su parte, usted se ofrece como su aliado.
Usted públicamente ha dicho que se opone al uribismo desde que estudiaba en la Universidad, por tratarse de un proyecto político excluyente que desconocía la Colombia profunda, las necesidades de las clases vulnerables, por ser una política neoliberal que atentaba contra los derechos sociales de los colombianos.
Sin embargo, notables dirigentes del Centro Democrático, entre ellos: Álvaro Uribe Vélez, José O. Gaviria, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal (la misma que gritó: Estudien vagos), se han unido hoy al candidato Rodolfo Hernández, el mismo que usted dijo acompañar a la presidencia.
Frente a las mujeres, el candidato Hernández ha señalado en diversos escenarios que su rol social debe estar orientado más al servicio del hombre y de sus hijos. Que su lugar está más en la cocina que en los asuntos políticos, y que el hombre debería ser quien debería proveer los recursos económicos del hogar. Es decir, una declaración patriarcal. Que usted hoy sigue.
De otro lado, al momento de declararse usted seguidor de Rodolfo, este ya había declarado que no asistiría a debates presidenciales, es decir, que no expondría públicamente sus propuestas, que no daría lugar a la controversia, ni a la contradicción, ni a preguntas por parte de la prensa. Rasgo claramente antidemocrático. No obstante, reitero usted se le unió sin sonrojarse.
Para terminar, pienso que no es gracioso el tropiezo que tuvo el señor Rodolfo Hernández cuando se le preguntó a quién admiraba, y este respondió que a: “Adolfo Hitler”. No es un simple lapsus.
Nótese que este tipo de error no es gratuito, en ese momento el ingeniero señalaba admirar a un gran pensador alemán, y si no recordaba el nombre del pensador que tanto supuestamente admiraba, era porque no lo conocía, es decir, estaba posando, o lo que es lo mismo, mintiendo. Y si no fue un lapso, es mucho más tenebroso, si uno asocia su conducta abiertamente grosera, sus descalificaciones con sus adversarios, sus sobrenombres (Hipopótamos a Bomberos con sobre peso), su machismo estructural a los hechos que dicho político propició.
Carlos, recuerdo que así le decíamos sencillamente en la UPTC, cuando usted era un estudiante como nosotros, y almorzábamos en el restaurante estudiantil… Carlos, regule, cambie de posición, aléjese de Rodolfo al que se le han unido todas las maquinarias que en la plaza Camilo Torres, hace ya más de una década usted y muchos estudiantes denunciaban poniendo en riesgo hasta la vida.
Carlos, demuestre que usted no es igual a los políticos del Centro Democrático y del Partido Conservador, que tanto daño le han hecho a Boyacá y al país.
Demuestre que usted salió de universidad pública, que eso para nosotros sus egresados es sagrado, y por lo tanto la educación pública se defiende. Demuestre que usted no apoya el machismo. Carlos, le pido en nombre de los egresados de la UPTC que lo han acompañado hasta hoy que se desligue de Rodolfo Hernández.
De no hacerlo Carlos, usted se expone a perder todo el capital político y humano que hoy lo sigue.
Y así como se denunció́ otrora los atropellos de la clase política tradicional, denunciaremos a todo el que apoye la exclusión, el machismo y la tiranía, como usted bien lo sabe, lo gritaremos en asambleas, lo expondrán nuestros eméritos egresados en salones de clase de primaria, segundaria, pregrado y posgrado.
Lo vociferarán en el pasaje de Vargas. Dirán que usted dio la espalda a la democracia y que sencillamente fue más de lo mismo. Está a tiempo Carlos. Tengo la esperanza que estas palabras lleguen hasta usted, y que tome otra determinación.