La noticia en la que dos hombres intentan robar a padre e hijo el carro y sus pertenencias me recuerda lo que me pasó hace casi dos meses cuando fui a dejar a mi hijo en la universidad. El sábado 12 de agosto a las 8:30 de la mañana me dirigía a llevar a mi hijo a la universidad ya que tenía que asistir a una clase “laboratorio” en su universidad. Tomé la Av Circunvalar sentido norte – sur, ya que veníamos del norte de la ciudad. Al llegar al semáforo en la esquina de la entrada al funicular de Monserrate, tomamos la vía que conecta con la circunvalar sentido sur-norte. Antes de llegar al punto de la circunvalar sur-norte, hay una entrada sin señalización —en un muro con imágenes de colores— que lleva, a un barrio, que hasta ese día, supe que es uno de los más peligrosos de la zona y de la ciudad.
Ingenuamente subí pensando que esa vía tal vez me conectaba con la circunvalar en el sentido que me llevaría a la universidad en la que estudia mi hijo. Oh sorpresa, en menos de lo que me di cuenta mi hijo y yo estábamos intentando ser atracados con una gigantes armas blancas. Afortunadamente los seguros de mi carro hicieron muy bien su trabajo y creo que los vidrios antirrobo y el sello que los identifica de esa manera, impidieron que los delincuentes intentaran romperlos. Me sentí angustiada por mi vida y la de mi hijo, sobre todo porque me encontraba en una calle sin salida, pensé entonces ¿qué hacer?
Creo que en ese momento el instinto de madre por proteger a su hijo y de supervivencia hicieron que reaccionara. Tomé la palanca de cambios de mi carro, metí reversa, retrocedí, creo que alcancé a tumbar a uno de los atacantes que ya se preparaba para atacarnos montado en una motocicleta. Logré salir de la calle sin salida, al hacerlo el delincuente nos perseguía, al intentar hacer el giro en la entrada por la que ingresé a ese infierno, choqué. Afortunadamente no hubo afectaciones a terceros, solo unas fisuras en una pared de las cuales asumí los costos para que fueran reparadas.
Mi carro, en la parte frontal, quedó inservible (el arreglo, con varios ceros a la derecha..¿quién responde por esto?) La respuesta de la policía fue pronta, llegaron entre los 15 y 20 minutos después de ocurrido el accidente. Al vernos a mi hijo y a mi a salvo nos comentaron que habíamos contado con suerte al salir ilesos dado que ese barrio es muy peligroso. Yo estaba pasmada, del susto, de la confusión, del miedo, me sentía mal porque sin darme cuenta me había metido en la cueva del lobo, que horror. Los policías no se nos apartaron hasta que finalmente pudimos salir de ahí, agradezco eso, siempre había sido muy escéptica sobre la labor de los policías, esta vez sentí que su trabajo en parte hizo que mi hijo y yo nos conserváramos a salvo en medio de ese lugar de delincuencia al que llegamos por equivocación por casualidad, por falta de señalización.
Al parecer, según los comentarios de los policías y de personas cercanas, a mucha gente le ha pasado debo a la falta de señalización, pues al parecer hace algún tiempo habían puesto algún tipo de aviso que alertaba de “la vía cerrada” pero al parecer los delincuentes del barrio lo quitaron porque les favorece que las personas se equivoquen y no sepan que ese es un lugar sin salida. Efectivamente, al parecer vehículo y personas que ingresen allí siempre salen ultrajadas, atracadas y/o heridas (nosotros afortunadamente no salimos heridos). Quiero compartir este testimonio de algo que me pasó ya que sé que tal vez a alguien le pueda pasar, y, también, si alguien que tiene el poder de disponer una señalización, lee esto que me pasó, logre gestionar que dispongan un aviso permanente allí, porque no se vale que las personas de bien, que pagamos impuestos y somos buenos ciudadanos tengamos que vivir este tipo de situaciones por el hecho de equivocarnos en la toma de una ruta. Por esos días me sentí mal de pensar que había “dado papaya” y no, no es así, sencillamente soy una ciudadana que sin saberlo se metió en la “boca del lobo”, en un nido de delincuentes que con complacencia del estado y de la alcaldía existe.
