Se vino a Colombia en el 2009, cuando la situación en su país aún no había caído en el abismo económico que hoy ha sacado a más de 800 mil personas. Era una estrella absoluta. Había sido Mister Venezuela en el Manhunt International, el Miss Universo para hombres en 1999 y tres años después, era uno de los presentadores favoritos de Canal E!. Llegó porque le gustaba Colombia, porque ya en esa época el país tenía un reconocimiento en sus novelas y porque, la verdad, le aburría el chavismo.
Calzadilla es mucho más que una cara bonita. Es un tipo que puede analizar perfectamente las razones por las que Hugo Chávez subió al poder. Lo recuerda todo: la intentona de golpe de estado de 1992 que terminó con el encarcelamiento del Comandante, el indulto de Rafael Caldera que impulsaría la carrera política de Chávez hasta llevarlo a la presidencia en 1999, la pequeña primavera que tuvo Venezuela fuera de los grupos políticos hasta el 2005 cuando ese sueño de la Revolución Bolivariana terminó yéndose al carajo.
Calzadilla es un tipo interesante. Debe ser de los pocos galanes de televisión que desprecia al reggetón. La única forma de que escuche esta música es cuando se toma un guaro de más en una discoteca o cuando alguno de los concursantes de Yo me llamo interpreta a uno de esos artistas mucho mejor de lo que hace el original. A Vicky Dávila le reconoció el año pasado que Nicky Jam, el imitador, tenía mejor voz que el verdadero. A Calzadilla le gusta el blues, el jazz y la salsa vieja. Lo enloquecen los sones de Ismael Rivera.
No se considera un exiliado ni un héroe. Su familia aún vive en Caracas y él va, cada vez que hay votaciones, así votar en su país se haya convertido en un saludo a la bandera. Cree en la democracia con la misma radicalidad con la que cree en la vida privada. A comienzos del 2016 Ernesto Calzadilla terminó su relación con Lorena Meritano. Se habían conocido en el 2013 después de que él le escribiera varios mensajes en redes expresándole sus ganas de conocerla. Concretaron una cita a almorzar y se enamoraron. Luego vendría la desilusión, el desamor y la enfermedad. La verdad nunca la sabremos. Según cuenta la actriz argentina ella se fue a trabajar a París nueve días y, cada vez que caminaba por Monmartre pensaba en su galán venezolano. Cuando regresó se dio cuenta que él le era infiel. Desde entonces la relación entró en picada y terminó definitivamente tres años después luego de agrias declaraciones de ambos.
Desde el llamado de Juan Esteban Sampedro a presentar Yo me llamo Calzadilla no sólo se convirtió en uno de los hombres más deseados del país sino en uno de los más queridos. Puede llegar a ser áspero en su vida personal pero en lo profesional le cumple a los fans cada vez que ellos lo requieren con una selfie y un autógrafo. Ha intentado reinventarse con el teatro, abandonar para siempre su posición de divo y que lo respeten por su talento. El año pasado estrenó su obra My name is, un monólogo en donde desnuda su vida. Los que la han visto la recomiendan una y otra vez. Y es que Calzadilla da todo por el teatro
Los vecinos del barrio Belmira, al norte de Bogotá, aún lo recuerdan. En ese lugar intentó mantener un teatro junto a Jorge Cao y Marcelo Dos Santos. Cuando lo inauguró se paraba en el semáforo de la carrera séptima con calle 152 a repartir volantes e invitar a los transeúntes a las obras. Tampoco perdía oportunidad para saludar personalmente a los asistentes y preguntarles su opinión al salir de cada obra. Fue ahí mismo donde estrenó su monólogo en Colombia. Aunque el teatro cerró en diciembre de 2015, la fundación Arte and Friends, que pertenece a los tres actores, aún se mantiene.
Los Calzadilla Regalado viven bien en Venezuela. No necesitan salir de Caracas. Ernesto si está acá y cada vez que puede le da duro al gobierno venezolano. Mientras sigue enamorando colombianas con su simpatía y belleza Calzadilla espera seguir estando vigente. A sus 45 años sigue estando en un pedestal que nadie lo tumba. Él es nuestro venezolano favorito.