Como librero, una de las experiencias personales más desagradables que enfrento es cuando un cliente entra a uno de nuestros locales, pide una recomendación y dice que cualquier novela menos la de un colombiano (alegando que ellos no saben escribir). La globalización junto con la industria editorial nos imponen cuáles son los autores que debemos leer. Lastimosamente, los escritores europeos y estadounidenses se posicionan como los más "interesantes".
Ahora bien, como el trabajo del librero es redescubrir los tesoros literarios nuestros y darlos a conocer al público, quiero hacer eso con Era más grande muerto de Luis Miguel Rivas. Este libro de culto es una obra de arte y es equivalente a lo que Roberto Benigni hace con su película La vida es bella (una comedia del Holocausto), pero con la época de la violencia en Medellín. En esta ocasión, el delicado tema es llevado a la comedia a través de la historia de unos jóvenes que sueñan con salir de la pobreza y tener grandes lujos, pero que viven en una ciudad pobre y excluyente, donde solo los mafiosos consiguen lo que quieren, hay crímenes atroces y los más desafortunados son excluidos. En ese sentido, el narcotráfico y el crimen organizado aparecen como alternativa.
El libro de Rivas fue publicado en el 2017 y, a pesar de su buena venta, me parece que no ha tenido el merecido reconocimiento por parte de la crítica. En Colombia hoy abundan los bestseller sobre Pablo Escobar y el Cartel de Medellín, también las narconovelas. Aunque hacen lo suyo y tienen mucha acogida por el público, en muchos casos hacen una apología a la violencia, a diferencia de la obra de Rivas, que marca una ruptura quijotesca con este tipo de literatura. Con humor, muertes, salsa, música popular, ropa de marca y motos nos cuenta cómo el Cartel de Medellin se tragó los sueños de una generación entera y cómo el dinero producto del narcotráfico corrompió todos los sectores de la sociedad medellinense. Ojalá esta obra se reedite con más frecuencia (en este momento está agotada) y se le haga una divulgación más grande. Entre tristezas y dolores se le podrá sacar al lector una sonrisa.
