Parece que se repetirá el doloroso ciclo de 2010 y que irá hasta septiembre. Entonces, por ahora, olvidémonos un poco del agua de la época invernal, que nos maltrata… y ocupémonos de la gente.
Mientras que estemos inundados, de nada sirven obras de contingencia o “arreglitos” de ocasión en diques y jarillones que se lleva el agua cada invierno. Nunca se evitarán del todo los desastres del invierno, pero se pueden minimizar efectos, por la vía de infraestructura de diseño específico.
Debemos reflexionar en que, invierno y verano no son accidentes eventuales, son fenómenos recurrentes, naturales alternos e inevitables. Son consecutivos y recurrentes. Es un hecho, que sale más caro “paliar sus efectos” en infraestructura y personas, cada año, todos los años, que iniciar un Plan Definitivo de obras de mitigación y prevención, de horizonte amplio, completo estructural. Se deben evitar, EN SERIO, futuros daños tan lesivos.
Es más, ahora podremos rediseñar el sistema hidráulico de inundación y dinamizar las economías periféricas en riesgo, reparando los daños con sus habitantes-víctimas. En lugar de “ayuditas” llegar con EMPLEO, PARA QUE ELLOS MISMOS rehagan sus vidas. Y de paso, diseñar un conjunto de estructuras que cumplan dos funciones básicas: evitar definitivamente algunos daños estacionales, en donde sea posible; y minimizar aquellos inevitables. Sufrirlos menos. Pero, señores, todo ESO de “reparar” y reconstruir solo será cuando esta época invernal acabe, NO antes. En VERANO… o perdemos la platica.
El verano es la época. Los daños físicos y económicos, en tantos lugares a la vez, son oportunidad de empleo; de modernizar del sistema vial terrestre; reorganizar el sistema fluvial problemático, por la ausencia de cauces estables y predecibles; repoblar terrenos deleznables por la deforestación; de reubicar asentamientos vulnerables; oportunidad para “hilvanar” las distintas opciones de comunicación, integrando ríos navegables con puertos secos, en un transporte intermodal que conecte los extremos del país.
Es solo tema de plata. Hacerlo implica grandes inversiones, que lógicamente, moverán las economías en todos los territorios. Trabajo = a salarios = demanda productos y servicios= hechos económicos= Impuestos.
HAGAMOS LA PAUSA. Esperemos que escurran las aguas. Ayudemos integralmente y en serio, a los damnificados a pasar el mal rato contando con ellos, que generalmente ocupan “zonas de desastre recurrente” y son mano de obra local; diseñemos operaciones de construcción y reconstrucción de infraestructura FUNCIONAL y para LARGO PLAZO. No para mitigar, sino para MINIMIZAR y/o EVITAR daños, futuro. Pero en el VERANO.
Cuando el verano llegue, será hora de sacar a Ingenieros y Técnicos, de sus oficinas, para ejecutar las obras necesarias, que, con la información recopilada, desde las distintas fuentes, especialmente las LOCALES” se tenga el “mapa de aguas” en otras palabras, toda la información de primera mano que los directamente afectados tengan sobre la situación, la causa y los efectos de los desastres que los afectan. Debemos hacer bien las cosas esta vez.
UN DESASTRE CONVERTIBLE EN CHANCE… para “REDISEÑAR” PARTE del PAÍS; para GENERAR EMPLEO al GRANEL en ZONAS DEPRIMIDAS y para DINAMIZAR la ECONOMÍA.
Debemos APROVECHAR “del ahogao el sombrero”. Perdonen ustedes que, en medio de la tragedia de tantos, yo utilice un viejo y fatalista refrán para titular mi propuesta. De todas maneras, a pesar de su ironía, tiene algo de realismo implícito. Porque debemos situarnos en la realidad, si queremos evitar que vuelva a ocurrir el desastre 2010… al menos en sus proporciones, ya que los daños de los ciclos invierno-verano-invierno son inevitables, y se repetirán una y otra vez. Esta vez se calcula que dure hasta el mes septiembre, así que lo que debemos avizorar y aprontar, son medidas para NO sufrir lo mismo mañana, y mañana y mañana… amainar sus efectos en el futuro.
Siempre será más barato, social y económicamente, prevenir o minimizar el desastre, que socorrer, precariamente, y en forma incompleta, a los damnificados consuetudinarios. A las víctimas repetitivas de todos los años. Que siempre tienen encima la idea fatalista de “ojalá este año tengamos menos pérdidas” todo, porque les reparan, por enésima vez, un mismo terreno deleznable o una cuencas desdibujada y frágil. Cuando el verano llegue, será el momento de reparar lo reparable físicamente.
Tiempo de hacer la infraestructura multifuncional, durable y utilitarias necesarias, que a la vez sirvan de amoblamientos locales de infraestructura. Es la manera de impactar, en lo económico y social, regiones que hoy sufren recurrentemente las crisis.
Analicemos un poco el contexto
Hacer o reparar diques hoy, en pleno invierno, a la orilla de ríos y quebradas que reciben más y más aguas a cada instante, y que buscan salida en cauces deleznables y rotos por la erosión, es como querer secar el mar con una totuma. Nada lograremos mientras llueva día y noche, todos los días. Debemos paliar sus efectos en las gentes…no disfrazar los daños estructurales. Arreglar daños sólo se puede lograr en verano. El INVIERNO es para reparar en algo, las pérdidas económicas y domésticas de los damnificados.
INVIERNO es, también, el espacio y la mejor oportunidad, PARA recabar, organizar y sistematizar la información completa, con datos precisos sobre: DÓNDE, CÓMO, POR QUÉ, se presentan los desbordes. HACER lo PÉRTINENTE, DURADERO. Es claro que con el
clima nada está asegurado, pero se debe trabajar con lógica, y en consecuencia. Lo primero que debemos hacer es TENER UN MAPA COMPLETO del país INUNDADO. Saber dónde y cómo ocurren los desbordes; que rumbo cogen las aguas sobrantes de los ríos, en donde se acumulan y hacia donde se pueden encausar para evitar daños más graves. Quizás, sí se destinan los presupuestos apropiados, podemos embalsar aguas lluvias en “lagos” artificiales para ser utilizadas más tarde.
En otras palabras, DEBEMOS tener el mapa de las “aguas sueltas” algo posible, ya que lo que fluctúa en intensidad y efectos, son las estaciones climáticas, NO la geografía. Es prioritario saber, exactamente, qué es lo que falla, en dónde falla…y como evitarlo. Conocer muy bien cuál es el nuevo curso de esas aguas sobrantes, (que siempre las habrá en invierno) para saber si es posible reencauzarlas o redirigirlas hacia zonas en las que puedan aprovecharse más adelante para riego o reservorios. Es muy posible que podamos construir “ríos nuevos” entre diques—canales, por ejemplo, en las zonas de planicie, vulnerables a inundaciones.
Creo posible, que, a partir de ríos desbordables, podamos desviar y encausar “brazos que lleven sus aguas sobrantes” hacia Distritos de riego temporales. Debemos lograr llevar el agua sobrante, hacia donde nosotros queremos y que, en pleno auge del invierno, especialmente en zonas de llanura, puedan discurrir sin causar daño mayor. Las aguas que sobran en algunos lugares y épocas, podrían ser útiles en otros sitios y tiempos. El exceso de agua no tiene por qué ser necesariamente fatal. No toda el agua de inundación es descartable. En especial en zonas de veranos largos. Solo debemos saber qué hacer con ellas. Europa está surcada de canales estables, seguros y benéficos para sus vecinos.
Pasos sugiridos
- El IDEAM, AGUSTÍN CODAZZI, FUERZA AÉREA y los servicios de GOOGLE, podrían proveer la información adecuada y precisa. El MINISTERIO DE OBRAS guiará luego en un plan nacional general muy bien estructurado, el reacomodo y señalización del sistema fluvial que hoy causa problemas. Ello implicará a su vez, creo yo, reformar de alguna manera, la red vial nacional. Es decir, hacer tramos viales más seguros ríos de cauce mejor definidos. Vías terrestres más seguras, a partir de planes “mano de obra local intensiva” reforestando laderas y reforzando taludes
- EMPLEO LOCAL = economía local. De paso, y con los lugareños, se reforestan y rectifican pequeñas cuencas. Se construyen vías secundarias y terciarias, que dinamizan las economías locales.
IMPORTANTE: Las carreteras 4G, pueden y deben ser conectadas, a través de Puertos secos, a una secuencia de “autopistas de agua” que un país tan rico en ríos de buen caudal como Colombia, debe diseñar. Lo mejor de esta idea, es que sí vemos el mapa de nuestros grandes ríos, es posible interconectar, oriente con ambas costas; Transporte híbrido más barato. Las cuencas fluviales, junto con algunos puertos secos que integrarían una red vial mixta, permitirían fluir gran parte de la economía colombiana. A menores costos.
TODA LA INVERSIÓN… es de flujo constante y retorno asegurado.
ENDEUDARSE SIN MIEDO, EL CAMINO. Toda la inversión es recuperable en el mediano plazo…vía impuestos, impulsados por la mayor actividad económica de doble vía. El ciclo reconstructivo, y la misma dinámica económica, producen otro ciclo virtuoso, el factor Salarios-Consumo. Esto asegura un mejor retorno de inversión, con réditos económicos y sociales. Creará empleo donde se necesita. Condición principal: ojos críticos encima. Cero, corrupción. Fuera ladrones.
Planeación, Hacienda, el Conpes y el Congreso, deben diseñar y poner en marcha una estrategia para financiar la reconstrucción de lo dañado, construir y mejorar las obras de infraestructura de largo plazo, adecuadas creando amoblamiento rural y urbano a orillas de los ríos.
Finalidad práctica: gastar plata en obras... no en desastres
Aunque estos siempre estarán presentes. La pregunta es: en qué medida de afectación e impacto.
Los fondos deben ser apalancados por la Banca local, los Fondos de Pensiones y la Empresa Privada. Todos buscan nuevos portafolios de inversión segura. Podemos ir la Banca Multinacional, aprovechando créditos de Fomento de largo plazo. Usar los fondos públicos remanentes; recuperar los dineros que algunas entidades oficiales tienen en bancos sin cumplir función útil alguna. Reunir e invertir las “colas” de presupuestos sin ejecutar.
Todo ese flujo de dinero debe ir a un fondo INTEGRADO de obras públicas de construcción y reconstrucción, que deberá generar, por fuerza, empleo al granel en las zonas afectadas, dinamizando las economías con altas tasas de oferta y demanda de mano de obra y servicios, lo que, por inercia económica, supone otro flujo de fondos, a la inversa: vía impuestos y tributos especiales, que en 5 o 10 años pagará la deuda, dejándonos una infraestructura moderna.
Sí la información sobre las aguas sobrantes es la correcta, sí la planeación y el diseño de las obras es el adecuado; sí los fondos se aplican en forma adecuada, transparente y eficaz, se harán diques carreteables de la calidad estructural necesaria, para que, sobre ellos, se muevan la economía y las gentes de las regiones afectadas. Carreteables sobre diques funcionales, que servirán de vías seguras, y llevarán a lugar seguro aguas sobrantes Hasta hoy, los jarillones NO han demostrados ser muy confiables, más bien son “tapones de contingencia” que fallan en cada emergencia por la época invernal.
Con mano de obra local e intensiva, así sea pagado todo con crédito de destinación específica, algún día tendremos infraestructura funcional en zonas que hoy carecen de ellas. Lógicamente, TODO esto obedecerá a un plan total, integral y complementario, según las necesidades básicas de cada territorio. Obras de acuerdo con las especificaciones propias de un país en vía franca al desarrollo. La condición básica, es que mantengamos lejos a la corrupción pública y privada. Fuera ladrones de todo tipo.
Crédito para un plan Marshall de aplicación específico
NO debe haber temor a endeudarnos. El crédito mueve al mundo. Además de insumos y bienes de capital, maquinaria, técnicos, mano de obra en general y especializada, el resto de la economía del país engranará con todo el sistema reconstructivo. La ingeniería vivirá una época de oro, si establecemos unas normas profesionales claras, eficientes y serias a la hora de licitar, y de realizar las obras de todo tipo. La industria, el comercio, la banca, el transporte y las compañías de seguros, generarán plazas de trabajo local; habrá mejores tributos e impuestos.
OPORTUNIDAD DE ORO. Los ingenieros militares, maestros en eso de habilitar vías terciarias y de penetración, serán de nuevo gente importante y aportarán al esfuerzo del sector público y privado obteniendo nuevas tecnologías ingenieriles. La maquinaria pesada que por fuerza debe adquirirse por parte del gobierno, o de los contratistas locales, podrá ser entregada, vía contrato de comodato, arrendamiento, o donación, a los territorios con mayores dificultas de comunicación vial.
Esto ayudaría a construir, colateralmente, la red de vías terciarias que darán salida, hacia Mercados, a la producción agropecuaria que dinamizará el campo, sí es que le llega, por fin, la asistencia técnica y financiera adecuada, apropiada y suficiente.
Una tarea para el Banco Agrario en SU real función específica (ojo, ya oí a un gerente del banco diciendo que ellos “financiarán la pequeña, mediana industria” que fue lo que quebró a la antigua Caja Agraria, su antecesora). Los rubros de comercio los cubren la banca privada y el Sector Solidario. Su campo…es el Campo.
Pero debe hacerlo de forma suficiente, eficiente y con asistencia necesaria, y a tiempo. Un sistema agropecuario eficiente y activo alimentará a los millones de nuevos trabajadores y generará riqueza y empleo en un sector deprimido desde los 90s. Interconectando la producción agropecuaria con los centros de consumo, es posible planificar mejor el sistema de oferta y demanda, de tal forma que la escasez no golpee, como es usual, al consumidor urbano, ni la sobreoferta arruine al productor rural, todo por falta de información técnica, que oriente la oferta y la demanda, a plazos razonables.
1) El desastre del verano
Por allá en el apogeo del verano inclemente que tuvimos a principio de 2010, sugerí algo
para superar en algo el desempleo y alistarnos para recibir el invierno que se anunciaba iba a ser fuerte. Pero, dejamos pasar el verano, sin hacer lo apropiado. Y pagamos caro el descuido. Jamás imaginamos la magnitud del desastre que nos causaría el duro invierno que remplazó a verano.
Ahora la situación es inversa: enormes cantidades de agua inundan nuestro país y dejan ruina total en todas partes. Aparte los desastres naturales, ocasionados por el agua, (inundaciones, avalanchas destrucción de infraestructura) caseríos enteros que deben ser reubicados, reconstruidos y/o reiniciados sus procesos económicos. La economía real está hoy al borde del colapso, ya que sectores económicos completos (comercio, agricultura, vías) deben ser reconstruidos por todo el país; el gobierno no tiene fondos para atender el desastre…y debe endeudarse para poder ir al rescate. ES LA GRAN OPORTUNIDAD.
¡Mucha plata y Gran oportunidad! Inversión que construye un país. Cuando el Plan Marshall se implementó, para Europa y Japón allí no había sino ruinas y una población vieja en su gran mayoría, los jóvenes habían sido devorados por la guerra. Pero allí, de entre el desastre y las ruinas surgió el milagro. Tenemos muchas ventajas comparativas.
Mucho desempleo, que será cubierto. Una población joven, técnicamente preparada; y un buen margen de confianza en los organismos de crédito. La necesidad y el coraje de un pueblo unido y solidario, como el colombiano, a más de la inventiva propia de nuestras gentes, nos pueden llevar al futuro de bonanza que tanto anhelamos y que muchos presagian. Hoy tenemos, gracias al desastre que nos azota, inmensas zonas y sectores que requieren inversiones por un largo tiempo, y en cantidades masivas. ¡Eso es empleo al granel!
Con grandes inversiones, vía endeudamiento, haremos grandes obras: lograremos una dinámica económica basada en más empleo = + dinero circulante en masa = un aparato productivo a toda máquina = + recaudo de Impuestos a todo nivel.
2) La plata
1) Sugiero endeudamiento interno, en pesos. Dos o tres años de gracia, en intereses bajos, por parte de Bancos y Fondos, ésos que liquidan ganancias por billones de pesos en cada trimestre, y que, más de una vez, fueron RESCATADOS por el Estado, con FONDOS PÚBLICOS, cuando ellos tuvieron su propio desastre.
2) Debemos asumir un mayor déficit fiscal que se enjugará luego con los nuevos impuestos y tributos, que una mayor actividad económica, encadenada a reconstrucción de la infraestructura y de la economía, generarán.
3) Redirigir Presupuestos NO EJECUTADOS por las entidades oficiales de todo orden para reconstruir la economía y generar empleo.
4) Invertir en la economía real, los cuantiosos fondos que muchas entidades del Estado, tienen en bonos del tesoro, y en bancos privados, sin NINGÚN BENEFICIO práctico para nadie.
5) ****NOTA… numerales 5/6 aún, no se ve su impacto. ****
Liquidar por venta, vía una ley de la república, toda la chatarra que entidades oficiales de todo tipo, tienen, no sólo ocupando terrenos valiosos, sino pudriéndose hasta volverse totalmente inútil, inaprovechable. Aquí se debe hacer un proceso muy bien vigilado, para que la corrupción no se quede con la vaca, con el ternero y con el lazo.
6) ****Establecer por ley de la República, la manera de ejecutar, vía administrativa, la enajenación y remate, de todos los vehículos qué convertidos en CHATARRA, llevan más de 5 años pudriéndose en los patios del TRÁNSITO de todo el país. Sabemos que, en dos años, cualquier vehículo expuesto al sol y al agua, alcanza grados de deterioro irrecuperables, es física chatarra. Por no hablar del proceso de desvalijamiento, tan pronto quedan depositados allí. Eso vale un platal en siderurgia y es acero y hierro esencial en la reconstrucción de la infraestructura dañada, además de la que nos falta para competir adecuadamente en los TLC.
Una evaluación cuidadosa del tema nos dice que el 90% de los vehículos de todo tipo que hoy colman los patios, son imposibles de rescatar por sus dueños, debido al costo de los procesos legales y del mismo valor del parqueadero que cobran las oficinas de Tránsito. Es mucho acero y metales convertibles en dinero útil. De interés nacional. Cada peso que salga de allí, para la reconstrucción de Colombia, resta endeudamiento, descongestiona los patios, depura archivos, actualiza datos, libera lotes valiosos, y más importante, por razones éticas, legales y prácticas, se dirigen hacia una causa de urgencia nacional. Todo lo justifica.
NOTA IMPORTANTE: De los puntos 5—6 de este Documento, surgió la Ley 1730 de 2012, o ley de descongestión de Patios. Gestionada por los Congresistas antioqueños: Iván Darío Agudelo y Luis Fernando Duque.
Metodología
En cada una de las regiones azotadas por la tragedia invernal, debe crearse una nueva esperanza-realidad: EMPLEO. Los mismos actores locales, los que saben por experiencia propia qué es lo que los maltrata en invierno y en verano y lo más importante, ¿cómo remediarlo? ... que lo hagan. Cero corrupción. La mayoría de la pequeña infraestructura preventiva en zonas de riesgo, además de la obligadamente reconstructiva la realizará mano de obra local. Se genera así empleo que dinamiza la economía local, regional y nacional. Más y mejor empleo, mueven la economía real en zonas generalmente deprimidas y vulnerables, generando ingresos al Estado, que ayudan a bajar el déficit fiscal y de presupuesto, causados por el endeudamiento productivo. Endeudarse, ahora, para reconstruir el país, es el mejor negocio que podemos hacer. SÓLO TENEMOS QUE MANTENER MUY LEJOS A LOS LADRONES DE TODO TIPO.
ENDEUDARSE ES EL CAMINO: aquel que trabaja, gana con que pagar sus deudas, y trabajo es lo que tenemos por delante. Plata es lo que hoy falta, pero hay de dónde sacarla…hay quienes la tienen y la prestan. Sin corrupción, y con la reconstrucción ordenada y honesta…Colombia hará realidad SU revolución pacífica, apuntalada en el empleo y el trabajo. Con hechos económicos redistributivos.
LA MOJANA Y LAS ZONAS DE PLANICIE
Pueden ser despensa, no zona de desastre. Se construirán los diques y las mini represas necesarias, para que las aguas puedan ser controladas y utilizadas productivamente, después de la inundación. Se construirán canales secundarios (aliviaderos) que llevarán el agua excedente de los inviernos, a reservorios construidos en las tierras más secas, para que las irriguen en verano, y mantengan abrevados los ganados.
VERANO… gran oportunidad para el 2022
Aprovechando la seguridad y facilidad de maniobra en verano, se redefinirán algunos causes de ríos y quebradas, de tal suerte que, aparte de usar mano de obra local intensiva (empleo=poder de compra que mueve la industria y el comercio local) las aguas obedezcan a trazados más seguros, mejor controlados. Como en verano nuestros ríos navegables se secan hasta hacerse casi invisibles, sería bueno dragarlos y establecer canales de navegación, acotados, señalizados, con el fin de recuperarlos para la economía de Colombia. De esto hablé ya en otro documento. Podemos “hacer autopistas fluviales” Aprovechar para redefinir el trazado de algunas carreteras, haciéndolas menos vulnerables. Construir taludes fuertes en terrenos deleznables y ampliar las zonas para urbanizar, en las ciudades que ya no tienen grandes disponibilidades de suelos para tal propósito.
ENDEUDARSE HOY, PARA RECONSTRUIR EL PAÍS, ES EL MEJOR NEGOCIO…SI LO HACEMOS CON RESPONSABILIDAD…SIN CORRUPCIÓN Y CON DILIGENCIA EN LA EJECUCIÓN DE LOS PLANES, DE LOS PROYECTOS Y DE LOS PROPÓSITOS.
¡HABRÁ MUCHO TRABAJO… PARA MILES!
FUERZA LABORAL APROPIADA
El SENA deberá iniciar DESDE YA cursos acelerados en las zonas de desastre, para darle al mercado laboral, que por fuerza surgirá, la respuesta adecuada; gente preparada en las áreas propias de un proceso tan dispendioso y largo como el que se avecina con la reconstrucción. Harán falta: topógrafos, albañiles, maestros de obra, operadores de maquinaria pesada, soldadores, mecánicos, etc. Esto quiere decir que los oficios y técnicas apropiadas para tal tarea, deben hacer parte del aporte del SENA.
Medioambiente
El Congreso debe legislar EN SERIO, convirtiendo en contravención grave, o CAUSA PENAL, todas aquellas conductas que atenten contra la naturaleza y el medio ambiente. No más deforestación “protegida” por funcionarios venales. Quien tale un árbol…debe sembrar 3…por y dentro de la ley. La Corrupción en estos temas debe ser castigada severamente. Creo que los miles de víctimas del invierno, y los billones de peso que se invertirán en reconstruir el país, ameritan que ciertas conductas que han contribuido a que el daño invernal sea peor, no se repitan impunemente. Las quebradas y ríos no pueden, seguir siendo basureros y cloacas de pueblos y ciudades. Las “rondas” de ríos y quebradas deben ser respetadas y protegidas. OPORTUNIDAD
Un desastre mayor, sería tener miedo a endeudarnos hasta donde sea necesario para emprender la tarea de construir “una nueva Colombia” esta vez entre todos, con participación y en beneficio de todos. A tiempo que se construye prosperidad en comunidades deprimidas, y se dinamizan las economías regionales…creando, entre la prosperidad compartida… nichos de paz. Repito es una GRAN OPORTUNIDAD en medio del desastre de este duro invierno, 2022.
Oportunidad de oro…en medio del dolor de miles. “Del ahogao el sombrero”
Podría seguir con este rosario de ideas algo tontas y qué quizás nadie lea. Sin ser técnico en los temas, pero con el sentido común básico, así de simples veo las cosas. Creo que el gobierno debe aprovechar esta oportunidad que tenemos de ponernos al día en infraestructura vial, fluvial, rural y urbana. Este es el momento. Por primera vez en la historia tenemos un chance de “REDISEÑAR” parte del país y tener casi pleno empleo, y de dinamizar la economía en todos sus frentes y sitios.
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