Después de la cascada de críticas (figurada y literalmente dicho), como era de esperarse, Epa Colombia recurrió por enésima vez al llanto y la conmiseración para pedir a sus amiguis que no la critiquen por su encuentro con Álvaro Uribe.
Es que la socialité colombiana está tan atemorizada por su situación jurídica que con tal de no ir a la cárcel recurrió a Álvaro Uribe, pues en su lógica reconoce que él es la única persona que puede doblegar las leyes y la Constitución para un beneficio determinado; aunque no se descarta que el encuentro entre Epa y el epónimo se deba a una campaña de expectativa de alguna alianza estratégica entre esos dos fenómenos de éxito empresarial. Epa podría vender sus keratinas en los centros comerciales de los muchachos Uribe, y Álvaro las promocionaría, diciendo algo así como: "¡Amiguis, cómprame las keratinas… muá!".
¿Qué pasó entre Epa y el epónimo en la parte del encuentro que no se observa en el video?, ¿aconsejó el político a Epa Colombia que pidiera exilio, por persecución?, ¿le prometió tramitar la triple conformidad de la sentencia?, ¿le prometió una notaría como a Yidis Medina en una eventual presidencia de María Fernanda Cabal?, ¿o le garantizó que, en último caso, la pena la cumpliría en un aparta-estudio en el Cantón Norte, vecina de Andrés Felipe Arias? No se sabe.
Lo que sí se sabe es que Uribe es experto en crear estados de opinión para conseguir sus propósitos, es un truco manido que ha venido depurando en los últimos 20 años y siempre le ha dado resultado. Por su parte, Epa es experta en obrar ramplona y calculadamente en busca de likes y seguidores… para después llorar y pedir perdón. La joven, que hace poco estaba contra la clase política y vandalizaba una estación de TransMilenio, ahora come del mismo plato y se codea con el más caracterizado prototipo de la clase política, el mismo que proponía defender el derecho de los soldados a utilizar las armas para defender a las personas de la acción criminal del terrorismo vandálico.
No se sabe quién es más manipulador y utilitarista: si el político buscando estados de opinión o la influencer buscando seguidores.
En la conquista del voto de los jóvenes inconformes, a Uribe poco le importa que Epa Colombia tuviera un pasado vandálico, y además un subproducto de la administración anterior. Todavía parece que estamos viendo a un tartajoso Santos cantando el corito simplista de «E, e, epa Colombia».
El expresidente Uribe no da puntada sin dedal y pretende ahora utilizar la popularidad y la circunstancia de condenada penal que tiene Epa Colombia para vender su idea de amnistía general, en donde de paso se incluya a los militares, tal y como lo sugirió mientras comía arepa con el padre de Roux.
El caballo de Troya de la amnistía general será la imagen lastimera e injusta de una joven, humilde, vandálica (¡pero arrepentida!) Epa Colombia, víctima de las circunstancias y de la falta de oportunidades estatales; caballo que en cuyo interior estará repleto de militares condenados o condenables por los falsos positivos. Al lado del enfermito come el alentadito, así sea una empanada.