Mientras que la gente se gane la vida honradamente hay que dejarla trabajar, más si estamos en Colombia, un país en el que se le ha rendido culto al dinero fácil y se le han abierto las puertas de par en par a la cultura mafiosa. Y si honradamente la gente se vuelve millonaria, bienvenido sea y, por supuesto, cada quien hace con su dinero lo que le venga en gana. Hay gente que se da el lujo hasta de comer oro, como en los Emiratos Árabes, y por eso también tienen inodoro de oro para que, tal vez, sus desechos “hagan juego” en el licuado.
Hace unos pocos años Daneidy Barrera era eso, solo Daneidy Barrera, una mujer de escasos recursos que se le ocurrió en su habitación corear el estribillo de “eh, eh, epa Colombia”, apoyando la Selección Colombia en la Copa América de 2016, y… ¡Pump! Le sonó la flauta o, como diría ella, “amiga, le pegué al perro”. Entonces, por la cantidad de gente que comenzó a seguirla Epa Colombia se convirtió en una marca que ella astutamente ha sabido explotar, al punto de haber montado toda una empresa de keratina y peluquerías que, al parecer, le ha dado toda la fortuna que ostenta y que le da “el lujo” de tirarle plata a la gente desde un helicóptero.
Bien pudo pararse en una esquina a regarla, irse a uno de los barrios más pobres y de puerta en puerta darla, tal vez no lo hizo por seguridad; o entregarla a una fundación, y de todas formas había sido noticia. Pero no. Lo hizo de la manera más espectacular, desde un helicóptero ¿Qué explicación se le puede dar a eso? Bueno, algunos piensan, como el Doctor Krápula, que “en el manual del narco el éxito y la felicidad se miden en aviones comprados y billetes lanzados desde un helicóptero”; que se comporta como mafiosa… En fin. Pero otra explicación puede venir de ella misma, ya que ha reconocido que para generar audiencia en las redes “algo me tocaba inventar para tener contenido, porque lo más difícil es tener ideas (…)”. Y sí, este tipo de personajes buscan la manera de hacer contenidos poco convencionales que rayan hasta con la picardía, con el delito, con jugar con la necesidad de la gente (como tirarles dinero desde un helicóptero). Para este tipo de personajes es difícil tener buenas ideas que sean honestas, virtuosas y respeten la dignidad de la gente. Y como Epa Colombia es también aceleradita, arrebatadita y le gusta llamar la atención, la más fácil es irse a romper ventanas de TransMilenio o ser bipolar, políticamente hablando, y un día estar cercana a Gustavo Petro y otro día irse a hacer un video con Álvaro Uribe, o subirse a un helicóptero a tirar plata.
Nota: Una mujer le envía un mensaje a Epa Colombia: “¡Amiga!, ya consiguió, ya pa qué tanto espectáculo, deje el show. No sea boleta, eso de estar tirándole plata a la gente desde un helicóptero es como querer venderle su keratina al Pibe Valderrama, no ofenda. ¿Venga a ver cómo se vería el mono con ese alisao? No, marica, para nada, ese mono quedaría decuadrao con ese cabello así. No. No sea pomposa, recuerde: aunque la mona se vista de seda, mona se queda, mamita. Es que con botarle plata a la gente no se gana dignidad. ¡Eh, eh, Epa Colombia, aunque seas de ambiente respeta a la gente”!