Si bien Colombia se encuentra en una situación política y social relevante gracias al desgobierno dado por el Centro Democrático en cabeza de Iván Duque que ha generado un paro nacional por más de diez días, son muchos los pormenores que suscitan un análisis de los diversos sucesos que se han generado en las principales calles y avenidas de nuestras ciudades.
En este aspecto, la ciudad capital, fue sodomizada por cientos de personas que no entendieron la lógica de las manifestaciones y en vez de arengar con argumentos sostenibles su inconformidad frente al gobierno de turno, prefirieron armarse (literalmente) de porras, martillos o incluso, piolets (misma arma con la que fue asesinado el líder soviético, Leon Trotsky, por orden de José Stalin en 1940) para expresar su mensaje de inconformidad.
Lo más preocupante de todo no fue el hecho de armarse de herramientas de trabajo para algunas profesiones, sino, el uso que le dieron a las mismas destruyendo aproximadamente 23 estaciones del sistema TransMilenio en las diferentes troncales que lo componen.
Pero en medio de todo este revoltijo que, para arreglar todos esos daños según cuentas oficiales, costará unos 5.000 millones de pesos de los bolsillos de los bogotanos y allegados, se conoció un video de la "reconocida" influencer Daneidy (o como se escriba) Barrera, mejor conocida como Epa Colombia; siendo parte de esta jornada de destrozos a la estructura física del sistema de transporte capitalino, especialmente a la estación Molinos, ubicada en la localidad de Tunjuelito, la cual resultó completamente destruida "gracias" a Epa Colombia quien de forma ingenua publicó un video en sus redes sociales "justificando" su accionar e incluso satirizando a las personas que laboran para el distrito con de las empresas de aseo ya que por culpa de ella, estos funcionarios tendrían que recoger todos los vidrios y máquinas que ella descaradamente destruyó sin mediar palabra y que compiló en un video de nomás de medio minuto.
Como era de esperarse, la Fiscalía General e incluso TransMilenio solicitaron a las autoridades judiciales su apresamiento por obvias razones. Después de varios trajines y tras consultar con la judicatura, finalmente los juzgados de Paloquemado emitieron una orden de captura contra esta muchacha de 23 años quien a su corta edad, ya ha sido el foco de atención de varios sectores de la opinión en nuestro país, y no precisamente por sus logros personales o por contribuir al quehacer intelectual, sino por varios gestos que rondan por la pornomiseria y la ridiculez que exponen un claro mensaje connotado y traducido en: "llamar la atención a como de lugar".
Todo esto comenzó en 2015 cuando previo a la Copa América de Chile (donde como cosa rara, la Selección hizo el oso) se viralizó el vídeo el cual la bautizaría en adelante para todos: Epa Colombia; una expresión que causa por algunos instantes algo de gracia justificada en que ella (Daneydy) representa a ese colombiano promedio que no enfatiza las situaciones de su entorno y considera que todo en la vida hace parte de un programa de entretenimiento (algo así como la película interpretada por Jim Carrey, The Truman's Show).
Es por este tipo de características que para la opinión pública le fue superflua la misma payasada que continuó haciendo Epa Colombia no solo en Bogota, sino también en París, Francia, donde publicó un video bañándose en una de las cuantas fuentes que componen la fachada del Museo del Louvré. Sí, así como lo leyó, bañándose como si fuera la ducha de su casa. El hecho no recae en que haya sido en París, la ciudad que todo el mundo quisiera ir al menos una vez en la vida, sino el apaciguamiento de los diferentes actores mediáticos al ver esta publicación ya que no se hizo mayor comentario reprochando esta actitud que incluso, nos deja en ridículo a nivel internacional como los colombianos que amamos a Pablo Escobar, vendemos drogas y ahora, nos vamos a otros países a bañarnos en las calles.
Después de ciertas ridiculeces, la influencer descansó de payasear varios meses y su hit navideño llegó el pasado viernes 22 de noviembre con el video del que hablé al comienzo de estas líneas y es por eso que estamos supeditados a reflexionar hasta qué punto se pueden tolerar estas actitudes pusilánimes, absurdas y aberrantes que no solo son reprochables porque las personas las cometan sino que son doblemente juzgadas por el hecho de que sean subidas a las redes sociales y sean aplaudidas por ese grupo de colombianos que consideran (como ella) que el romper torniquetes, máquinas, vidrios y andenes de un medio de transporte público, es un gesto de valentía, tal como si se le fuera meritoria la Cruz de Boyacá a esa persona por hacer lo que hace.
Desconozco el proceso judicial que atraviesa Daneidy en este momento, pero ajeno al veredicto que emita la Corte, debemos comenzar a reprochar ese tipo de actitudes importaculistas en relación a los verdaderos flagelos que estamos atravesando como sociedad ante los oídos sordos del Estado y el fuego cruzado que ha dejado víctimas como el caso de Dilan Cruz, y que en últimas con la actitud persuasiva de Epa Colombia en sus redes sociales, nos pone a pensar cuáles son los problemas éticos que tenemos como civilización occidental moderna.