Conversamos buena parte de la noche con “María 49”, la mujer de 66 años que acompañó la principal dirigencia de las FARC desde que tenía 13 años y se formó con ellos. En la primera parte de la conversación nos impresionó su sencillez, la profundidad de sus respuestas y el conocimiento de lo que sucede en el país.
Después de comer algo liviano que nos ofrecieron las nietas de la entrevistada, retomamos la conversación sobre temas históricos de la guerrilla. Nos interesaba saber qué había de especial en un grupo tan reducido de campesinos que habían logrado sobrevivir a las diferentes arremetidas que les hizo el ejército desde el operativo de Marquetalia en 1964.
Somos Ciudadanos: ¿Por qué cree usted que la guerrilla de las FARC pudo sobrevivir durante 51 años a las arremetidas del Ejército colombiano que contó con la especializada asesoría del Pentágono y la ayuda económica y militar de los EE.UU.?
María 49: Es difícil saberlo con precisión. Una suma de factores incidieron en ese hecho. Sin embargo, la fuerza de las FARC siempre consistió en su ligazón estrecha con comunidades campesinas, indígenas y colonos, que han sido su sostén permanente. Para entender en verdad ese asunto hay que profundizar en el conocimiento de su composición social y de sus influencias ideológicas. Pero, claro, habría que analizar el tema de la estrategia del Estado y del movimiento guerrillero en las diferentes etapas y fases del conflicto para poder responder en forma más aproximada a su pregunta.
SC: ¿Cuál fue la composición social de las FARC?
María 49: Los intelectuales de ciudad y de universidad, por lo general, no tienen en cuenta a los hombres y mujeres de carne y hueso. Idealizan a las “masas” y a los llamados sectores sociales. Quienes terminaron juntándose para fundar las FARC después de haber liderado por más de 15 años la resistencia campesina de los años 50s del siglo pasado (XX), recogían cuatro vertientes sociales muy definidas: una, la campesinada comunista del Sumapáz, Viotá y sus alrededores que estaban luchando por la tierra y mejores salarios desde los años 30s. Dos, los indios del sur del Tolima y norte del Cauca, libertarios y guerreros por naturaleza. Tres, los campesinos liberales que fueron resultado de la colonización mestiza paisa; ellos fueron expulsados de la nación antioqueña, habitaban parte del Quindío, norte del Valle y del Tolima, y los más pobres encabezaron la colonización del piedemonte oriental del Meta, Caquetá, Huila y Putumayo. Y cuatro, los residuos campesinos y de pequeños comerciantes de centro urbanos influidos por el Partido Socialista Revolucionario que lideró Tomás Uribe Márquez, Raúl Eduardo Mahecha y María Cano, que tenían influencia en Girardot, El Líbano y otros municipios del norte del Tolima y sur de Cundinamarca. Manuel Quintín Lame e Ignacio Torres Giraldo estuvieron muy cerca de esta gente.
SC: ¿Cuáles son sus fuentes para saber todo eso?
María 49: Es lo que contaban los viejos y que después he ido confirmando con la lectura de documentos, libros y artículos.
SC: ¿Y lo de la influencia ideológica, cómo es?
María 49: Allí también tienen importancia los seres humanos concretos, las personas con sus historias particulares, los individuos de diversas personalidades y formaciones que poco a poco logran entenderse y compenetrarse. Eso es algo muy difícil de lograr pero las condiciones mismas de la lucha los obligaron a hacerlo. Era cuestión de supervivencia. Se las enumeraré con la condición de que se precise que no es la última palabra sino una elaboración de alguien que conoció de cerca el proceso que permitió que esos pensamientos diversos, y a veces contrarios, pudieran confluir y fundirse en nuevas ideas y desarrollar prácticas creativas y originales. Antes de avanzar es bueno decir que la gente de la ciudad no sabía lo que ocurría en el seno de la cúpula guerrillera, ellos creían que los dirigían desde allá pero, la verdad, es que la dinámica de simbiosis ideológica se dio de una forma natural pero no espontánea. Ojo que no es lo mismo. Los dirigentes más lúcidos eran conscientes de lo que hacían, debían ocultar muchas cosas a los dirigentes del Partido para no generar resistencias y problemas, no querían crear debates inoportunos, tenían que mantener el apoyo logístico y solidario y todo eso era indispensable para poder avanzar. Había entre ellos mucho espíritu práctico. Cuando había mucho debate Manuel decía: “Bueno, vayan ustedes y se ponen de acuerdo, cuando tengan las cosas claras vuelvan y veremos qué hacemos”.
SC: ¿Y cuáles eran esas vertientes ideológicas?
María 49: La principal era el “gaitanismo” como lo entendía el pueblo liberal. Los gaitanistas eran en lo fundamental anti-oligárquicos, tenían una visión política incipiente pero que superaba al simple liberalismo anti-godo. Manuel, Ciro, Isauro, Juan de la Cruz, y casi todos los viejos dirigentes campesinos eran gaitanistas. Eso era indudable. La otra influencia nítida era la comunista que interpretaban Jacobo Arenas y también Manuel Marulanda, cada uno desde orígenes diferentes. El uno, citadino y con una amplia formación teórica. El otro, más que campesino era de naturaleza “rural”, con una inteligencia natural, buena formación militar y pensamiento propio. Algunas ideas comunistas de entonces chocaron al principio con el liberalismo gaitanista en diversos temas. Los comunistas impulsaban el concepto de “auto-defensas”, los gaitanistas como Marulanda comprendieron, por la fuerza de los hechos, que tenían que constituirse en guerrillas móviles con bases campesinas y de colonos estables. Habían emprendido el camino de construir un ejército aunque no sabían cuando eso sería posible. Sin embargo en esa determinación también había algo de “mágico”, una especie de pensamiento y sentimiento instintivo que les decía que si se quedaban quietos los iban a exterminar. La lucha por sobrevivir se había ido convirtiendo en una lucha por el poder, en una lucha por derrotar a sus enemigos que no los querían vivos. Esa contradicción, entre la estrategia comunista de auto-defensas y la de guerrilla móvil se vivió durante varios años antes de formarse el Bloque del Sur, que fue la antesala de la creación de las FARC. Una tercera influencia que no era tan visible era la de los antiguos socialistas que llegaba por la vía de los herederos de los llamados “bolcheviques del Líbano”, que llamaban a no perder de vista los centros urbanos que se estaban desarrollando en el país, pero no eran dogmáticos ni impositivos. Eran intelectuales natos y su principal influencia era el trabajo de Ignacio Torres Giraldo. Y finalmente, un ascendiente muy importante como ya se los he dicho, es el pensamiento indio, pijao y nasa, que portaba principalmente Isauro Yosa, pero que no se manifestaba en discursos y escritos sino en la vida diaria, en las actitudes, en las costumbres, en la relación con la naturaleza, en el conocimiento de los ríos, las montañas, los caminos y la gente, en la dignidad y rebeldía innata de los indígenas de esa zona del Tolima y del Cauca donde nacieron las FARC. Lo que llaman “malicia indígena” es fruto de la combinación de desconfianza y astucia que el natural originario utilizaba como herramientas esenciales para sobrevivir a lo largo de los siglos de opresión y esclavitud. Fue lo que alimentó de una forma original la alianza de esos hombres y mujeres que se enfrentaban a sus enemigos históricos, los “blancos”, que para ellos eran los grandes terratenientes herederos de los españoles, sus politicastros mandaderos, sus policías y demás agentes. Creo que en ese terreno hace falta estudiar mucho más los diferentes comportamientos de los múltiples y diferentes pueblos indígenas que existían en lo que hoy es Colombia a la llegada de los españoles.
SC: ¿Qué resultó de todo eso?
María 49: Una guerrilla muy propia de Colombia, diferente a todas las demás. Esa era su fortaleza pero también su debilidad. El pueblo colombiano es muy diverso. Si el conjunto de la sociedad fuera como los pueblos que confluyeron en esta región montañosa del centro-sur del país, la revolución habría sido muy fácil. Pero los antioqueños raizales y parte de los actores de la colonización paisa blanca del eje cafetero son muy conservadores. Los costeños que surgieron del mestizaje indio y negro, en su mayoría son más tranquilos y relajados porque se apoyan en las familias extensas que surgieron en las sabanas de esa región y las contradicciones sociales no se sentían con tanta fuerza. Claro, con la excepción de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada, los palenqueros y los wayuu. Pero además, los pueblos mestizos de una parte del país, son muy conformes y serviles. Ellos surgieron en regiones en donde se constituyeron alianzas entre las élites españolas y los pueblos indígenas que eran sedentarios. Son los casos de la altiplanicie cundi-boyacense, el Cauca central y otras zonas similares. El negro en general sólo arriesga cuando las cosas van adelantadas. Y eso lo sabía, especialmente Manuel, quien era un gran conocedor de la gente, y por eso insistía en que se fuera muy despacio, con paso firme, sin aventuras ni ilusiones cortoplacistas, consolidando el núcleo más consecuente y guerrero. Él desconfiaba de los ladinos y de los citadinos.
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