La jornada del 23 de febrero en Cúcuta, en la frontera de Colombia y Venezuela, el Presidente Nicolás Maduro mostró sus dientes y se le atravesó violentamente a la entrada de la ayuda humanitaria, cambió la agenda de la reunión del Grupo de Lima prevista para este viernes en el Palacio de San Carlos en Bogotá. Planteada como una reunión de cancilleres que tendría, eso sí, la presencia del vicepresidente Mike Pence, se transformó en una cumbre mayor con la presencia de tres Presidentes y el autoproclamado Juan Guaidó.
El Presidente de Colombia Iván Duque la instaló, continuó con sus palabras Juan Guiadó quien pidió un minuto de silencio por las víctimas del 23 de febrero y remató la intervención el vicepresidente Pence quien habló más de Colombia que de Venezuela, reconociendo al país como el principal aliado del gobierno Trump en la región, y expresó su disposición de defenderla en caso de cualquier ataque venezolano.
Imágenes de un encuentro en el que se busca apretar el cerco diplomático y el bloqueo económico, pero en la que no estuvo sobre la mesa una posible intervención militar, gran temor de varios países latinoamericanos y todo el bloque de países europeos.