Tanto la Gran Bretaña como el mundo llora la partida del príncipe Felipe, un ser humano excepcional que durante cerca de 70 años le dio lustre y brillo a la corona británica. La verdad es que el príncipe, con su presencia, humor, y absoluto respeto por las responsabilidades que conlleva ser el consorte de la reina, elevó el prestigio de la realeza. Felipe de Edinburgo durante las siete décadas años en servicio de la monarquía británica, realizó 22.000 compromisos oficiales, 637 viajes al extranjero y tenía más de 5.5000 discursos en su espalda. A Felipe se le reconoce por promover la modernización de la casa real británica y ser el gran apoyo de su esposa la reina Isabel II en los momentos más duros de su reinado. Tuvo una carrera brillante como integrante de la Marina británica, especialmente destacada durante la Segunda Guerra Mundial, pero tuvo que renunciar a ella para dedicarse por completo a acompañar a su esposa en sus labores como reina y jefa de Estado. Al cumplir 60 años de su nombramiento como príncipe consorte, Felipe de Edimburgo decidió retirarse en 2017 para vivir una vida tranquila y de bajo perfil. El mundo y el Reino Unido lo despide en lo alto.
Dentro de los múltiples tributos que le rindieron jefes de Estado de todo el mundo están:
- "Un trabajador extraordinario", "un hombre que de convicciones y principios que representó al Reino Unido con dignidad", dijo Boris Johnson.
- “A lo largo de su larga y notable vida, se dedicó a causas dignas y a los otros”, dijo Bush en un comunicado. “Representó al Reino Unido con dignidad y aportó una fuerza y un apoyo ilimitados a la soberana.”
- El príncipe Eduardo dijo que su padre asumió un rol complejo "con el estilo, el tacto y la diplomacia más extraordinarios:jamás intentó eclipsar a la reina de ninguna manera, en ningún modo y en ningún caso".
- Vladimir Putin: "El nombre de Su Alteza Real está relacionado con muchos importantes acontecimientos en la novísima historia de nuestros países. Contaba con el respeto de los británicos y disfrutaba de autoridad internacional".
Pero todo papel tiene su anverso y toda moneda su otra cara. En el caso del principe Felipe está la de su nieto, el principe Harry, a quién una actriz de reparto, morenita y bastante agraciada, logró en poco tiempo convertir en un sapo. Harry, ansioso de un papel más protagonista - y con absoluta certeza de mayores ingresos - decidió abandonar sus reponsabilidades como miembro de la familia real y desplazarse a la capital del mundo de la fárandula, Hollywood. Sin duda Harry va a nadar por un tiempo en dólares, pero cada día, con medios aún más amarillos, tendrá que hacer entrevistas cada vez más insípidas, y revelar secretos aun más íntimos y recónditos de la realeza.
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Harry aceptó mansamente que las luces de la fama debían recaer es sobre su farandulera esposa
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Harry aceptó mansamente que las luces de la fama debían recaer es sobre su farandulera esposa y que la pareja, para capitalizar el nombre Sussex, debería es concentrase en deprestigiar a la corona británica. Si bien el sueño de muchas mujeres es casarse con un príncipe, al convertir a Harry en un sapo, la actriz Markle lo está manejando con el dedo meñique. Hace muchas décadas Faruk, ex rey de Egipto (un gordiflón simpático y buena vida que se atragantaba con ostras y codornices) había pronosticado que en el futuro solo habría cinco reyes: el de picas, el de diamantes, el de trébol, el de corazones y el de Inglaterra. El problema es que si más Harrys y Meghans aparecen en la familia real inglesa, muy seguramente el pronóstico de Faruk se va a cumplir solo parcialmente: los únicos reyes que van a quedar en este mundo son los cuatro de la baraja de naipes.