Entre reculazos de Claudia y batiderechazos de Duque

Entre reculazos de Claudia y batiderechazos de Duque

"Los colombianos estamos de verdad jodidos. La falta de un liderazgo moral pero pragmático nos tiene mal"

Por: JUAN CARLOS ESPINEL
mayo 07, 2020
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Entre reculazos de Claudia y batiderechazos de Duque

Estamos entre las medidas de la derecha representada por el Centro Democrático del presidente (cuál de ellos), que aunque pueden ser bienintencionadas no palian el hambre y la necesidad básica de los colombianos más pobres (que son la mayoría), y las decisiones de Claudia López, a veces polémicas, a veces necesarias y otras veces contradictorias.

Para ser justos, estamos mejor que en manos de Bolsonaro o de Trump, eso es indudable. Sin embargo, no podemos aplicar aquí el refrán de que "mal de muchos consuelo de tontos". No al menos cundo está en juego la vida de millones de colombianos.

Por un lado, no entiendo la contradicción de la alcaldesa de Bogotá: a pesar de que ha pretendido defender la vida por encima de todo (bueno, el verde es el color de la ecología, la vida y la esperanza, ¿cierto?), ahora aparece obligando a los empleados distritales a presentarse en sus oficinas porque el teletrabajo se acabó para ellos, como si no confiara en lo que ella misma nos ha tratado de convencer en estos dos recientes meses.

Por otro lado, tampoco entiendo por qué el presidente Duque, teniendo el poder de hacerlo rápido y directamente (el gobierno posee la información de cada uno de los que habitamos este país), entrega a los bancos y corporaciones los paquetes de ayuda para que estos dizque los distribuyan entre los menos favorecidos y los pequeños empresarios, eso sin contar con que seguro no darán puntada sin dedal.

Es tan pusilánime la anterior posición del primer mandatario como requetecontradictoria la expedición de la Resolución Distrital 043 de 2020 que de un tajo parece ignorar que los empleados distritales diariamente llenarán aún más los atosigados TransMillenos en pleno pico de la pandemia en Bogotá. De esa gran masa laboral, la mayoría no tienen carro propio, estoy seguro.

El problema no es entonces ser de derecha o de izquierda como muchos pretenden hacer creer dividiendo el país, sino que hace falta liderazgo humanista. No estoy hablando de Colombia Humana, aclaro. Digo humanista en el sentido de poner por encima los derechos humanos de los colombianos y de los que residen aquí (legalmente o no).

De hecho, un ejemplo de la insensibilidad de muchos políticos, tanto de derecha como de izquierda, tiene que ver con el manejo que se le ha dado a la crisis de los venezolanos. ¿Cómo que no tienen derechos porque no están legalmente en el país? O peor aún, esa discusión insulsa de que "es responsabilidad del gobierno nacional" o "problema de las alcaldías". Mientras tantos, niños colombianitos, hijos de venezolanos (nacieron aquí y tienen nacionalidad y por ende, derechos como colombianos), son echados de las mugrosas pensiones del barrio Santafé con sus paupérrimos padres.

Por eso, y aunque no le guste a muchos polarizados y polarizadores, ni son los políticos de derecha ni los de izquierda los que "salvarán" al país de esta crisis del coronavirus, ni de ninguna otra. Somos los ciudadanos de a pie —la masa amorfa hasta ahora, los de la clase media y trabajadora— los llamados a cambiar esta vaina que llamamos nación, que más parece una finca aparcelada por partes entre unas pocas familias tradicionales y unas otras, más pocas aún, advenedizas que recién llegaron al poder.

Y si no me creen, díganme la diferencia entre los Turbay, los Pastrana y los Santos con respecto a los Moreno (socios de los Nule) y los Garzón cuando han tenido el poder. Y no me refiero a las condenas de unos y la presunción de inocencia de otros. Me refiero a la manera en la que han manejado los hilos del poder: todos para su propio lado.

Como dice Salom Becerra en su conocida obra, en medio de contradicciones y reculazos tanto de la derecha como de la izquierda, "al pueblo nunca le toca" ni le tocará... a no ser que los pensantes, la clase media y los obreros nos unamos y decidamos dirigir el país de las mayorías por las mayorías (eso sí, sin tantos lagartos, mamertos y tinterillos).

Ojalá esta crisis del 2020 con su COVID del 19 nos despierte un poco.

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