En las montañas del nororiente caucano, bajo los cielos estrellados que cobijan Corinto, Miranda y cada una de sus veredas, llegó de Florida, Valle, una mujer tan noble y generosa como lo es doña Zenaida Mera, mujer desplazada y viuda a causa del conflicto armado en el año 2003, la acompañan sus 5 hijas y su hijo varón.
Para ella la cocina es parte fundamental en su vida, aprendió a cocinar desde los 8 años por circunstancias en su familia, su plato favorito es el sancocho de gallina y aunque ama disfrutar de una deliciosa presa sudada, ella adora y es feliz preparando un delicioso plato de mondongo.
Zenaida tiene 65 años, su cabellera blanca refleja su sabiduría y sus saberes, es una persona muy alegre y a ella la tristeza muy pocas veces o casi nunca la desborda, eso sí, aunque le tiene mucho miedo a las culebras desde muy corta edad aproximadamente desde sus 1 5 años su vida va de la mano con la comunidad.
La resistencia de Zenaida y un grupo de mujeres entre el conflicto y la guerra les dio la templanza para pensar un vida diferente en donde todos y todas puedan opinar y hablar sin miedo a ser juzgados. Para Zenaida su planta favorita es la sábila y afirma que si la gente conociera el poder de esta planta podríamos transformar el mundo. Recuperando saberes y reescribiendo la memoria de las mayoras, hacen uso del eucalipto, la caléndula, el cannabis, entre otras plantas que por la conexión con la naturaleza ellas saben del poder curativo que estas tienen. Con pomadas, merjunges, cremas y aceites fortalecen la salud comunitaria y el desarrollo de sus organizaciones.
Como ella lo considera , siente que ha hecho cosas muy buenas con su comunidad, es una gran lideresa y se siente dichosa de dejar un gran y claro legado a la juventud de su territorio . El amor por sus hijas, por su familia, por la cocina, por las plantas y por su organización la hacen una mujer empoderada de sí misma que cada día quiera aprender y formarse un poco más para poder seguir tejiendo junto a su comunidad y sus hijas que nunca la abandonan.
Ente risas y chanzas doña Zenaida y el comité de mujeres avanzan, entre plantas y sentimientos ellas comparten sus conocimientos y aunque para ellas este no sea un lugar seguro nunca dejaran de luchar por un mejor futuro.