Del 25 al 28 de octubre se realizará en Bogotá la Feria Internacional de Arte artBO que, como todas las ferias, son espacios que buscan la promoción y comercialización de arte. Ahora, garantizar el nivel de los artistas que presentarán las 65 galerías que participarán de los 20 países seleccionados es un enigma interesante porque como ya sabemos, de una calculada democratización se producen todo tipo de los gustos y disgustos.
Dentro de la Feria Internacional y, como un ejercicio de promoción al mundo del arte emergente nacional, se ha planteado un espacio alternativo de Antecámara, lugar expositivo que abre una ventana a artistas jóvenes colombianos. Experimento que en los últimos años no ha tenido ninguna repercusión especial. En general, se han mostrado experimentos de taller, gritos de la última tendencia de la moda, elucubraciones inestables sin gran trascendencia pero, de todas queda el válido intento de mostrarle a los galeristas internacionales y al público en general que el arte joven tiene sus rumbos tan experimentales como inestables dentro de las tendencias contemporáneas. En general, se conoce la nueva producción y los presentimientos plásticos de nuestros artistas donde desgraciadamente se han visto más sus debilidades que sus fortalezas.
En este nuevo evento que comienza habrá 14 proyectos individuales bajo la curaduría de José Roca. En el pabellón Artecámara participarán 23 artistas que cumplen con el requisito de no representación comercial. Además, la feria tendrá un Pabellón Didáctico Articularte para niños y adultos que deseen acercarse y aprender sobre las experiencias artísticas y también se realizará un Foro Académico donde expertos nacionales e internacionales realizarán unas charlas sobre el coleccionismo.
El Museo de Arte del Armenia y el Quindío realizó en estos días su XI Salón de Artistas de la región dónde se presentaron 110 participantes. Muchos artistas mostraron obras de baja calidad pero, otros interesantes proyectaron su contemporaneidad. Abeizer Agudelo quien obtuvo el primer premio presentó unos dibujos de nadadores que van debajo de una piscina inventada con bloques de vidrio. La profundidad y el movimiento del agua, la luces quedaron plasmadas en la ilusión del espesor del material transparente. El título de la obra es simbólica porque en el estatismo de las figuras sale un Nada, Nada que Nada. El segundo premio fue para Jorge Agudelo con una propuesta conceptual sobre el mundo de las drogas artificiales donde realiza una presentación farmacéutica de los distintos efectos posibles para vivir dentro del mundo que el artista llamo Paraíso Artificial y el tercer premio, también una instalación objetual, le correspondió a Silvio Gallego que muestra los diversos usos de los recursos de la pobreza cuando le da la vuelta a la nevera y expone el uso de secado que tiene la parte de atrás del electrodoméstico donde cuelga la ropa y los zapatos de una colegiala. Historias de mundos reales, de instancias posibles bien realizadas y bien solucionadas. Artistas que hacen su trayectoria en sus rincones del mundo colombiano. Mientras tanto, el Salón Nacional que se lleva a cabo en Medellín, se gasta una parte considerable del presupuesto en traer artistas internacionales. Nos preguntamos cuál será el criterio del Ministerio de la Cultura que ha logrado desmembrar la visión general del arte nacional dividiéndolo en regiones, mientras promueve grande nombres internacionales que descontextualizan la lectura de los proyectos artísticos colombianos.