Entre la legalización o no de la marihuana y otras cositas…

Entre la legalización o no de la marihuana y otras cositas…

Aunque este tema ha sido ampliamente discutido, no está de más darle otra mirada y considerar aspectos que han sido ignorados

Por: LUIS ENRIQUE MONROY
diciembre 03, 2020
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Entre la legalización o no de la marihuana y otras cositas…

"El narcotráfico es un negocio y su propósito esencial es ganar dinero. La mafia colombiana (a diferencia de la colombiana) aprendió a no dar batallas imposibles de ganar; por eso su estrategia consiste en minimizar la violencia contra el Estado y maximizar, sin aspavientos, la corrupción y la captura de las instituciones políticas más débiles. Este perfil bajo les produce un doble beneficio: disminuye la acción represiva de la policía (salvo contra las cabezas visibles) y aumenta la tolerancia de la sociedad civil con un negocio que, después de todo, irriga parte de sus ganancias en una sociedad jerarquizada e inequitativa” (La frontera caliente entre Colombia y Venezuela).

He entrado en un intento de explicación sobre si acepto o no la legalización de la marihuana. Al pretender hacerlo, la posición que indique hará que quien me escuche pueda percibir que ya estoy asumiendo una posición, bien sea liberal o conservadora. Si me ubican en el primer lado inmediatamente deducirán que consumo algún tipo de sustancia, pero si me ubican en el otro creerán que soy moralista, mojigato o simplemente miedoso. Así pues, quiero dejar claro en este escrito que no me incomoda la posición o el bando en el que me puedan ubicar, pues claramente estoy comprendiendo que no han entendido mi planteamiento o que yo no he explicado bien mi análisis.

Quiero indicar que “alguien” dijo que consumir esto “la marihuana” era ilegal, ¿pero quién era ese alguien?, ¿por qué le beneficiaria indicar que eso era ilegal? Algunos se atrevieron a decir que eso era malo, que era demoníaco y que incluso destruiría a la sociedad. Aunque ello ha ocurrido, esta no es la única causa. No en vano, lo mismo se puede afirmar del alcohol. Con eso dicho, este planteamiento ya se presta para quien me lee o me escucha me agrege a su lista (quienes están a favor de declarar la marihuana ilegal de inmediato) o indique que estoy del lado de ellos (quienes consideran que debería ser legalizada).

Pero lo interesante en este planteamiento no es si es legal o ilegal, sino quiénes están interesados en que sea ilegal, cuánto se gana al mantenerla ilegal, quiénes viven del negocio de la ilegalidad, si todos los intermediarios que se deben sobornar perderían sus empleos. Así mismo, ¿quiénes están interesados en que sea legal?, ¿cuánto ganan con la legalidad?, ¿aquellos que quieren tomar un negocio que es de otros y hacerlo suyo? Pues bien, "el que quiere tener el negocio” siempre hará lo posible para que salgan leyes a su favor o para que se le permita de modo soterrado hacer el negocio de lo ilegal, pues eso lo hace más rentable.

Ninguno se está preguntando por la persona o el ser humano, sino se está debatiendo el modo en que las ganancias de lo que se vende pueden ser controladas; y ojalá que el control sea asumido por las partes que están en conflicto por el particular, los particulares y el Estado. (Aunque el argumento para el público en general es bienestar de sus ciudadanos).

Es curioso que la legalidad se plantee en que las drogas; en este caso la marihuana, “han dejado miles de muertes y que al legalizarlas, ellas van a disminuir la violencia”, pues la lucha contra las drogas solo ha dejado pobreza, miseria y muerte; por eso el Estado pide el control de esta, pero intuyo que el Estado no la administraría directamente; sino que hace que los particulares la comercialicen y el Estado encuentra un medio para cobrar un impuesto; y con este nuevo mercado subsidiar la educación, la salud, el deporte; “¡qué irónico!” con aquello que se prohíbe ahora se financia lo negado a la sociedad durante muchos años (es como matar a unos, para que otros sobrevivan).

La legalización permitiría una mayor control, del negocio este se expandiría y se vendería como cualquier producto en cualquier tienda; pero… “no olviden: que indicaran los medios de comunicación que habrá lugares especiales de consumo, que se les venderá por cantidades específicas, y solo para las personas mayores de edad, es… como indicar hoy; que las personas que consumen alcohol tienen un sitio especial donde lo consumen, una cantidad límite y unas edades para consumirlo; pues bien, la realidad indica que ninguna de estas restricciones u orientaciones se cumple, de igual modo pasa o pasaría con la marihuana.

Creo nuevamente que el lector me estará ubicando que estoy en contra de la legalización, y hasta el momento no he dicho nada al respecto, solo estoy indicando que eso... Pasa y seguirá pasando, pues de igual modo ocurre si es ilegal, se sigue vendiendo en casas fachadas, en discotecas, en los parques, en las esquinas, ¿acaso no ocurre lo mismo con otros productos?, se puede comprar en la calle lo mismo que se vende en los centros comerciales: un pantalón, un dulce, un repuesto; lo que a usted se le ocurre lo encuentra desde un sitio especial hasta en la esquina; es decir lo informal y lo formal conviven; por lo tanto, ¿acaso no podría pasar lo mismo entre lo ilegal y lo, legal?, conviven en la misma dinámica.

Pues bien, considero que la discusión no está entre legal o ilegal, entre bueno y malo; considero que la discusión está entre: ¿Quiénes están interesados en que sigamos consumiendo el producto, que alguien fabrica y distribuye; y que ahora le etiqueten de recreativo?

Quiero indicar lo siguiente: el azúcar es inmensamente dañina para el cuerpo sin embargo es legal, existen alimentos inmensamente dañinos para la salud y son legales; pero si fueran ilegales, eso… no los hace menos dañinos. Significa entonces que: ¿quién está interesado que, dañino o no, se siga vendiendo, distribuyendo independiente de la legalidad o no?, ¿quiénes están haciendo negocio a partir del placer que esto pueda producir?, ¿quién está tomándose la función de ser el dueño del placer, que nosotros decidamos tener?

Con eso dicho, considero que nos tratan como a las ratas, con el perdón de ellas. Es cierto que nosotros nos movemos por el placer, no en vano el origen de la vida comenzó por ahí, pues hacer el amor es un acto placentero. Sin embargo, también podemos nacer por sexo, es decir con los mismos instrumentos (tanto de un hombre el pene y la vagina de una mujer; u otro medio), podemos nacer a la vida; pero uno se diferencia del otro en que en el primero existe una decisión, una reflexión y una opción; es decir el placer es un acto de la razón y de la emoción y de la sensación en el segundo, es un impulso; luego es necesario, que si nosotros decidimos consumir la marihuana sea un acto de la reflexión, la razón, la emoción, y no el impulso o el “ser impulsados por otros”; así como el placer permite el disfrute, y la posibilidad de pensarnos mejor, el placer por el placer también nos puede hacer dependientes solo del placer. “Existirían los mercaderes del placer; y ellos decidirían con qué”; considero que eso… ocurriría cuando le entreguemos a otros… la posibilidad de que decidan que ellos puede experimentar con nosotros el tipo de placer que debemos o podemos elegir o experimentar. ¿Quién le permitió a quien produjo el azúcar y todos sus derivados que la siguiera comercializando, sabiendo que hace mucho daño y nos mata?

Sabiendo, que estos producen en nosotros placer, y que al producirlo, “nosotros” por ese algo que nos gusta, jamás lo condenaríamos, sino le solicitaríamos que nos dieran más, (legalizarlo o volverlo ilegal se hace inmensamente irracional, porque están quitándonos lo que deseamos) ese… vendedor de azúcar, alcohol, comida procesada; conocedor del modo en que nos manipula nos elimina poco a poco ( y la industria de los medicamentos tiene el remedio para hacer mas agonizante la vida), porque nosotros por desconocimiento, y por placer, le entregamos a esa persona ( o emporio) el elegir por nosotros, nadie se ha atrevido a considerar si, son legales o, ilegales, pues como no se han puesto en la mesa de discusión, se asumen que son normales y que por ser normales son consumibles.

Pues bien, hoy alguien nos coloca en discusión, si queremos recrearnos y que ellos nos indicarán con cuánto, con qué, en dónde ,y con qué colores olores , sabores y en qué presentaciones, al igual que los hicieron con el alcohol, con el azúcar y otros tanto alimentos “que no alimentan”, ¿Quiénes son los responsables de los millones de obesos en el mundo?, ¿Quiénes son los responsables de los miles de diabéticos en el mundo?, ¿Quiénes son los responsables de miles de infartos en el mundo?, pues bien, aquellos que dijeron que los alimentos que consumimos son benéficos; esos son, hoy son quienes nos matan, pero lo hacen sabiéndolo y nosotros no queremos reconocerlo, pues estamos invadidos por el placer que no nos deja pensar.

Ahora ellos, ¿nos proponen recrearnos? Nos darán olores, sabores, tamaños, cantidades, lugares, presentaciones; ¿pero por qué están interesados en recrearnos?, ¿quién se quiere quedar con el negocio del placer que buscamos tener? Considero que aquí está la discusión; ¿por qué no les preguntamos a nuestros hermanos indios? el valor nutritivo de la marihuana; considero, que no existe el concepto recreativo en ellos, ¿quién se inventó recrearnos?, ¿con qué criterios?, ¿con qué cultura?, ¿con qué prerrequisitos nuestros indios la consumen?, ¿para qué la consumen’, ¿quién consecuencias tiene consumirla?, considero que este tipo de preguntas hechas a un hermano indio, podrían ser consideradas como una gran falta de respeto, pues considero que ellos tiene muchas cosas para indicarnos, por enseñarnos.

¿Por qué al Estado le interesa legalizarla para lo recreativo, antes que considerar los valores medicinales y nutricionales de la misma?, es más rentable comercializándola para el placer, que poder llenar las mesas faltas de alimento y poder curar muchas enfermedades.

¡Cuánto quisiera un debate en el congreso! en el que, el estudio científico de esta planta y sus múltiples variedades solucionen infinidad de problemáticas de nuestros ciudadanos, y de paso se podría convertir en una alternativa del campo; de este modo se disminuiría la guerra, la violencia, y se dejaría de alimentar a la corrupción de este país, se evitaría el glifosato que envenena nuestra tierra.

El que recree o no la marihuana, pareciera que es una elección personal que no le resta efecto siendo legal o ilegal, pues quien la consume bajo este criterio, estará miope a verla de otra manera, así, como los consumidores de alcohol, no aceptaran que este hace daño, o aquellos que siendo diabéticos, obesos, por consumir comidas chatarra, no estarán dispuestos a aceptar que esto, es lo que los está matando.

Legal o ilegal no es la cuestión; considero que está en que cada uno de nosotros decide el placer que quiere obtener, y este será mejor cuando media el conocimiento; pues mientras se desconozca las causas y consecuencias del placer, no interesa lo que se consuma, con el fin de lograrlo, podrán legalizar o ilegalizar “basura”, pero mientras desconozcamos lo que consumimos seremos presos del placer que ellos eligen, y mientras conozcamos lo que consumimos seremos dueños y amos del placer que queremos.

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