Para la dos veces alcaldesa de Uribia Cielo Redondo el tablero político parece habérsele enredado. Por un lado sus dos aliados, el representante guajiro Alfredo Deluque y Bernardo el 'Ñoño' Elías ya no son lo mismo. El primero, después de haber logrado tanto peso con Santos hasta entregarle la dirección de Prosperidad Social en cabeza de Nemesio Roys, ya no tiene mermelada en el gobierno nacional; y el segundo está detenido y condenado por la corrupción de Odebrecht. De otro lado, la mala gestión de su hijo Luis Enrique Solano en la alcaldía de Uribia, quien permanece ausente en Riohacha o Barranquilla, le está pasando factura. Todo indica que se logrará conformar un bloque para detener el poder de Cielo y la vieja política. Ella tiene como carta para la Alcaldía a Gerardo Cujía, su cuestionado asesor jurídico durante más de 12 años, mientras la comundiad wayuu, mayoritaria en la región, piensa enfrentarlo con Teresa Iguarán y Bonifacio Henríquez, dos indígenas reconocidos en La Guajira. De ganar lograrían frenar veinte años de hegemonía ininterrumpida del clan Redondo.
Entierro político de Cielo Redondo en Uribia
Su libertad condicional le sirvió para moverse en La Guajira, pero la mala gestión de su hijo alcalde y la pérdida de poder la hirieron