En 2019, los niveles de endeudamiento en los hogares de Finlandia llegaron a una media del 127%, es decir, la gente estaba endeudada más allá del total del sus ingresos. Lo peor es que los pagos con tarjetas de crédito pasaron del 30% al 8o%, y las personas en mora llegaron un 7%, o sea, 390.000 finlandeses no están pagando sus deudas. El problema fue tan grave que amenaza al sistema bancario y la estabilidad económica del país.
¿Cómo Finlandia llegó a este punto? Pues esto pasa cuando se combinan varios factores: una sociedad inmersa en la sociedad de consumo, un sistema bancario inescrupuloso que estimula el sobre endeudamiento, un gobierno interesado en promover el consumo interno para que la economía crezca y sobre todo, una ciudadanía con poca o nula formación financiera.
Fue tan grave el problema que el gobierno finlandés tomó medidas con el sector bancario, pero también comenzó a enseñar educación financiera a toda su población, desde el preescolar hasta la universidad, están buscando que la gente aprenda a manejar mejor sus recursos personales, saber gestionar una deuda, emprender e invertir.
La decisión no me sorprende, conocí Finlandia en marzo de 2019 y me gustó mucho ver un país tan organizado y próspero que gasta el 6% de su PIB en educación, de modo que es una cultura acostumbrada a darle soluciones educativas a sus problemas sociales.
Quizá para muchos hablarle de educación financiera suene como algo sofisticado, pero no es así. Desde que nos levantamos vivimos en una sociedad donde, por desgracia, casi todo tiene que ver con el dinero. La cama donde dormimos, el agua con que nos duchamos, el jabón, la toalla, todo ha costado dinero. La ropa que usamos, el desayuno con que nos alimentamos, el transporte que tomamos para ir a trabajar o el computador que usamos si lo hacemos desde casa… todo cuesta dinero, nada ha sido regalado. Y el punto es que el dinero no cae del cielo ni nace en los árboles, hay que generarlo, conservarlo y reproducirlo.
Gestionar el dinero es algo que hacemos todo el tiempo, seamos conscientes de ello o no, es algo que tiene que ver sustancialmente con nuestra vida, puede que nos guste o no, pero es así. Entonces, ¿no será que aprender a gestionar el dinero debería ser una competencia fundamental que se enseñe desde la escuela a la universidad?
En Encanto Colombia, un movimiento social que promovemos desde Nueva York, trabajamos en ello. Cada día emitimos un boletín en forma de audio donde le explicamos a la gente cómo invertir, ahorrar y comprar acciones en la bolsa o criptomonedas. Uno de nuestros propósitos es que en Colombia la educación financiera sea una materia obligatoria en la educación primaria, secundaria y universitaria.
Personalmente pienso que vivimos en un mundo desigual, la concentración riqueza es monstruosa y los estados deben equilibrar las cosas, sin embargo, los ciudadanos también debemos hacer nuestra parte, si no sabemos usar el dinero, es decir, generarlo, conservarlo y reproducirlo, pues terminaremos todos quebrados y como siempre, la banca gana.
¿Han hecho cuentas de cuánto pagan en intereses al año? ¿Se han dado cuenta cuánto gastan en los seguros y cuotas de manejo de las tarjetas de crédito o créditos hipotecarios? ¿Han sumado cuánto gastan al año en comisiones bancarias? ¿Se han puesto analizar que aun en pandemia las utilidades de los bancos se cuentan por billones? ¿Han observado que vivimos en una sociedad con sofisticadas herramientas de persuasión que buscan exacerbar el consumo hasta sacarnos hasta el último billete del bolsillo? ¿Sabe qué es un interés compuesto? ¿Sabe cómo invertir en la bolsa? Si a la mayoría respondió que no, puede que usted sea un analfabeta financiero, pero no se preocupe, casi todos los colombianos lo son y esas es una de las causas de nuestra pobreza.
Es verdad que hay que reformar el Estado, redistribuir la riqueza, hacer pagar impuestos a los billonarios y dejar de darles exenciones tributarias, pero también debemos hacer nuestra parte, no podemos seguir en el analfabetismo financiero.