En el segundo Congreso Internacional de Controversias Neurológicas llevado a cabo en Medellín, los científicos Rodolfo R. Llinás y Francisco Lopera mostraron sus avances sobre la enfermedad de Alzheimer, y mientras el doctor Lopera estuvo más abierto a las preguntas sobre los avances de la Universidad de Queensland, Llinás estuvo cerrado a reconocer el valor del trabajo hasta ahora logrado con ultrasonidos en roedores.
Entre las conclusiones presentadas por Lopera, científico de la Universidad de Antioquia, la enfermedad de Alzheimer empieza como una acumulación de péptidos o proteína Beta-amiloide o Aß (amyloid-β) en el cerebro, que empieza aproximadamente a los 28 años de edad, la cual se hace progresiva y llega a ser notoria por la pérdida de la memoria en la senectud.
Contrario a lo que muchos piensan, los ejercicios de memoria o las actividades que implican trabajo del hemisferio cerebral menos usado (como cepillarse y comer con la mano izquierda en diestros), no sirven para combatirla. Tampoco hay una cura con ninguna clase de agente terapéutico.
Para Llinás el problema del Alzheimer es de falta de ATP (energía). Los pacientes de Alzheimer suelen ser débiles, pues no practican deporte y tienen una mala alimentación. La liberación de Beta-amiloide por parte del cerebro no es posible según Llinás debido a la falta de energía.
Parece que eso podría explicar que haya factores preventivos como el consumo de productos liberadores o agonistas de acetil-colina que sobreestimulan el cerebro, tales como el té, el cigarrillo y el café. Sin embargo, dichos vicios no son suficientes para combatirla.
Muchos adictos a estas sustancias también sufren alzheimer por no tener una buena alimentación y no hacer deporte; o por ser portadores del gen precursor (muy común entre vascos y los descendientes del Viejo Caldas y Antioquia).
La Beta-amiloide (Aß), péptido y proteína (intrínsecamente no estructurada), se presenta como un conjunto de estructuras que se acumulan en las vesículas sinápticas de la neurona, las cuales parecen desencadenar la acumulación del calcio en las zonas del cerebro asociadas a la memoria y el habla (hipocampos cerebrales y área de Broca, respectivamente). El calcio acumulado daña las neuronas, quedando el paciente en un estado cognitivo semejante al de un recién nacido, pasando por etapas de desorientación y profundas crisis emocionales.
La Confusión de la Beta-amiloide
La Beta-amiloide es una proteína o péptido que se le ha distinguido en varias clases a través de pruebas de Resonancia Magnética Nuclear-RMN. La RMN muestra un polipéptido de 26 aminoácidos, pero en su terminal C se ve en su clasificación 1-42 más estructurada que en los fragmentos 10-40. Por eso, para algunos científicos como Llinás existe la confusión de si se trata de una proteína estructural o residual.
"BRAIN", EL MAYOR PROYECTO NEUROCIENTÍFICO DE LA HISTORIA
Ningún proyecto de investigación neurocientífico ha recibido tantos recursos para entender el Cerebro Humano como Brain, donde participan el español Rafael Yuste y el colombiano Rodolfo Llinás. En 2016, el gobierno Obama le asignó $300 millones de dólares (278 millones de euros); luego, en 2017, $434 millones de dólares (403 millones de euros) y se estima que si no hay cambios con el Gobierno Trump, se apruebe una inversión de $1.500 millones de dólares más entre 2018 y 2029.
Sin embargo, investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia, dirigidos por el neurocientífico Jürgen Gotz, han encontrado una cura para el Alzheimer en roedores (ratus norvégicus). Consiste en inyectar nanoburbujas que son gases elementales licuados a altísimas velocidades, las cuales son inyectadas a los pacientes por vía intravenosa, expandiéndolas al llegar al cerebro con ultrasonidos (no ultrasonidos cosméticos, sino de alta potencia), los cuales son los únicos que logran atravesar la barrera hematoencefálica (BBB), liberando las vesículas sinápticas de Beta-amiloide en las neuronas.
La barrera hematoencefálica (BBB) presenta ya un desafío en ovejas y humanos para los científicos que buscan la cura, pues no permite liberar dichas moléculas y limita la captación de agentes terapéuticos en el cerebro.
Los que tienen en jaque a Llinás
Jürgen Gotz y Gerhard Leinenga (doctor este último no en medicina, sino en filosofía, joven menor de 30 años de edad), sin recursos como los del proyecto Brain, y sin tanta experiencia y formación como Llinás, lograron con el barrido de ultrasonidos (SUS) aplicado a ratones (APP23), eliminar el amiloide-β y restaurar las funciones de la memoria sin usar ninguna clase de agente terapéutico.
¿Podría ser esto lo que incomodó al doctor Llinás, que un joven sin tanta formación, recursos de investigación ni experiencia, esté con su visión mucho más cerca de la cura para el Alzheimer que el grupo de neurociencias de la Universidad de Nueva York?