Con Gilma Jiménez gran mujer que acaba de irse para siempre dimos algunas batallas conjuntas. Una de ellas contra la promoción y venta de las llamadas “Bebidas energizantes” o simplemente energéticas (nombres reforzados). Hicimos sendas publicaciones en grandes medios para generar conciencia frente a los riesgos, participamos en múltiples eventos pedagógicos mostrando su realidad y ella tramitó en el Concejo de Bogotá un proyecto de acuerdo para limitar su venta pública en menores de edad. Por ello como homenaje a su memoria, a su trabajo y pasiones me permito recordar algunos de los principios en los que nos basamos para evitar la masificación y consumo excesivo de esas bebidas innecesarias en la activiad humana.
En países como Francia y Dinamarca prohibieron el uso de bebidas tipo Red Bull (la marca más conocida) por ser un coctel de alto riesgo, debido a sus componentes de vitaminas mezcladas, glucuronolactone, químico peligroso, el cual fue desarrollado supuestamente por el Departamento de Defensa de los EEUU para estimular fisiológicamente la moral de las tropas. Sus efectos en el organismo fueron tan devastadores, por lo cual fue descontinuado ante el alto índice de casos de migrañas, males cerebrales y afecciones del hígado, evidentes en los soldados que la consumieron.
Estas son algunas de las consecuencias de su consumo que obligan a advertir:
1- Es riesgoso beberlas si luego no se hace ejercicio fisico suficiente para metabolizarlas parcialmente. Su funcion “energizante” acelera el ritmo cardíaco y podría causar hasta infarto fulminante.
2- Hay peligro de sufrir hemorragia cerebral usadas en exceso. Contienen componentes que diluyen la sangre para que al corazón le cueste menos bombear la sangre y así poder hacer un esfuerzo físico con menor dificutad.
3- Está prohibido mezclarlas con alcohol. Las convierten en 'Bomba Mortal' que ataca directamente al hígado, provocando que la zona afectada no se regenere.
4- Existe riesgo de hipertensión y excitación cardíaca. El consumo regular de estas bebidas puede llevar además a la aparicion de enfermedades nerviosas y neuronales irreversibles.
Los menores de 12 años no deberían ni tan siquiera probarlas, su riesgo de intoxicación por cafeína es muchísimo más alto. En niños más mayores este riesgo también existe, así que conviene desaconsejarlas en ellos de forma clara. Pero hay más riesgos. A continuación se listan los diez principales perjuicios que pueden ocasionar en los niños, según un estudio publicado en la revista Pediatrics:
1. Menor sensación de bienestar, trastornos del estado de ánimo, baja autoestima e incluso depresión.
2. Peor rendimiento escolar.
3. Mala calidad del sueño.
4. Exacerbación del asma.
5. Obesidad infantil.
6. Aumentos de la tensión arterial.
7. Incrementos indeseables de la glucemia (relacionados con el riesgo de diabetes).
8. Interacciones con medicamentos que tome el niño.
9. Problemas dentales y óseos.
10. Pueden agravar afecciones cardíacas preexistentes.
Está justificado prohibir, en la programación televisiva dirigida a niños y adolescentes, la publicidad de alimentos superfluos. Las mal llamadas "bebidas energéticas" son, además de prescindibles y arriesgadas, superfluas. Deberíamos, en suma, tomar menos alimentos insanos, y eso incluye a estas bebidas: cuantas menos mejor, sobre todo en el caso de los niños. Esta fue una de las memorables batallas que dió la brillante Gilma Jiménez, buscando más la protección de niños y adolescentes. Y en ella la acompañamos. Paz en su espíritu.