¿Encontraremos cura genética al cáncer?
Opinión

¿Encontraremos cura genética al cáncer?

Por:
marzo 07, 2014
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¿Encontraremos cura genética al cáncer? Esta pregunta es para usted, escoja una respuesta:

a) No
b) Sí
c) Probablemente no
d) Quizás sí
e) Ninguna de las anteriores

Creo que la mejor opción sería e) Ninguna de las anteriores, pues la pregunta tiene algunos problemas de formulación y no es clara. Primero, la palabra “genética”. Genética es para la mayoría de las personas el estudio de la herencia como lo hizo Gregor Mendel con sus clásicos estudios de guisantes. Esto hace suponer que se descubren claras leyes genéticas (además el buen Gregorio “simplificó” o le metió machete a sus resultados, pero esa es otra historia). Y los cánceres no siguen leyes genéticas mendelianas. Las neoplasias malignas son el resultado de una compleja interacción entre el medio ambiente y la información codificada en genes.

En eso se parece el cáncer a la inteligencia. En ambos fenómenos se da una vieja polémica si se fundamentan en la naturaleza personal o los estímulos externos. Se conoce esta discusión en sicología como naturaleza vs. crianza (nature vs. nurture en inglés). En otras palabras, ¿soy inteligente porque sí? ¿O me han educado para ser inteligente? Y en el caso del cáncer, ¿la célula cancerosa lo es porque esa es su naturaleza o su comportamiento se debe al ambiente que la rodea?  La célula neoplásica podría preguntarse como todos nosotros, ¿soy yo o mis circunstancias la explicación de mi conducta?

Es bien interesante el paralelo con la educación y la inteligencia porque muchos investigadores actuales se han dedicado a estudiar lo que rodea a la célula cancerosa con la esperanza de controlar esa conducta patobiológica celular que tanto sufrimiento humano causa.  Un reciente artículo en Nature Medicine, “Regulación microambiental del progreso tumoral y las metástasis” (Vol 19, 11:1423-1436, Noviembre 2013) es una excelente revisión del tema. Quiero citar una frase que resume muy bien las perspectivas terapéuticas de esta manera de ver el problema: “Muchos estudios han mostrado que el ambiente tisular microscópico es capaz de normalizar las células tumorales sugiriendo que la reeducación…más que la simple destrucción de la neoplasia, puede ser una estrategia efectiva en el tratamiento del cáncer”

Una joven colega a quien debo la lectura del artículo me subrayaba la prometedora opción de educar biológicamente al cáncer más allá de “quemar y cortar” como se decía en la medicina tradicional. La polémica entonces en oncología podría estar entre “educar” y controlar o destruir las células cancerosas con la información genética que cargan. En esa destrucción, que acaba hasta con el tendido de la perra en buen colombiano, pueden ocurrir dolorosos efectos secundarios. Lo saben bien innumerables y heroicos pacientes oncológicos. Lo que nos lleva a discutir otro problema de nuestra pregunta inicial, la palabra “cura”.

Recientemente se publica en The Atlantic (1 de febrero, 2014) una entrevista con Eric S. Lander uno de los científicos líderes del proyecto Genoma Humano que ha permitido secuenciar ese gran mapa de nuestra información genética. Se le pregunta si podrá la genómica curar el cáncer.  Observemos que se usa el término genómica no genética. Genómica es el estudio molecular de la expresión y control de esos paquetes de información que llamamos genes. No se trata de encontrar preclaras leyes genéticas inscritas como en tablas de piedra en la Naturaleza. La cosa no es tan sencilla como pensábamos hace un siglo. De hecho la gran mayoría de investigaciones en genómica estudian ausencias y variaciones individuales en la información genética. En biología ya casi nadie habla de grandes leyes como en matemáticas, física y química. Los seres vivos somos excepciones en el universo. Algunos biólogos nos consideran “monstruos esperanzados” (Goldschmidt) siempre al borde de la catástrofe evolutiva por mutaciones imprevisibles. Quizás nuestras neoplasias malignas reflejan nuestra fragilidad genética.

El doctor Lander en la entrevista citada aclara que lo que llamamos “cura” en el caso del cáncer es convertir “aflicciones fatales en enfermedades crónicas manejables”. No se va a encontrar una varita mágica (química, física o biológica) que acabe con las neoplasias malignas en las personas o las poblaciones. Ni tampoco podrá implementarse una medida preventiva universal nutricional (“coma esto y no le da cáncer”)  o de diagnóstico temprano que permita olvidarse del cáncer.  Somos organismos multicelulares con unos 70 millones de millones de células en el cuerpo humano adulto e innumerables variaciones genéticas: cualquier cosa puede ocurrir.  En el caso del cáncer estamos como sentados en una bomba de tiempo.

Pero Lander es optimista a pesar de todo. Cree que en una o dos generaciones, más o menos setenta y cinco años, con el conocimiento genético que estamos adquiriendo podremos tratar el cáncer desde distintas perspectivas y controlarlo. O educarlo como sugiere el artículo de Nature Medicine pues no desaparecerá, hereditario o no, de nuestra biología humana.

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