Una de las emblemáticas gatas que acompañan la escultura del gato de Hernando Tejada, que se han vuelto símbolo de Cali, terminó en manos de estudiantes radicales de la U del Valle que le pintaron con aersolol una de las capuchas en las que se esconden cuando se dan situaciones de violencia en la Universidad.
La gata, con otras cinco más, se encuentran frente a la biblioteca de la universidad en una exposición itinerante.